[Retiro espiritual en el Seminario Mayor de la Arquidiócesis de Bucaramanga - 2019]

Sacerdotes reconstruidos en Cristo

* En el lenguaje común de la Iglesia nos hemos acostumbrado a las evaluaciones desde un ángulo puramente exterior, esto es, lo que cabe en una presentación con diapositivas. Pero es necesario reformarnos interiormente, para lo cual proponemos algunos puntos:

1. Reconocer que existen las rupturas, las heridas; saber que eso le sucede a muchas personas y que puede ser tratado.

2. No huir ni pretender que uno puede resolverlo todo solo. Abrir el corazón a Dios y considerar la posibilidad de pedir ayuda a otras personas.

3. Buscar la reconciliación con Dios, independientemente de las faltas de otros. Yo tengo mi responsabilidad.

4. Recuperar o afianzar un ritmo y un ambiente de oración, como parte de mi alianza con Cristo. Es necesario declarar inocente a Cristo y verlo como lo que es: víctima del pecado.

5. Buscar momentos específicos de ENTREGA de las situaciones más dolorosas o chocantes. Pedir con humildad el bálsamo de la SANACIÓN sin poner condiciones.

6. Determinar algunas pocas personas de confianza, como interlocutores. Hay que saber que no se puede oír todas las voces.

7. En general, las discusiones no sirven. Ni le teología, ni la espiritualidad, ni la pastoral mejoran así. Y en cambio, las divisiones y polarizaciones empeoran.

8. Hay que recordar la fuerza del barro y la miseria. Tomar la actitud de Juan 2,24-25: escepticismo con caridad. Esto implica: esperar muy poco del ser humano, y entregar las llagas de los demás como entregamos las propias.

9. Dar el primer paso, buscando construir bienes objetivos. Hay que revisarse para estar seguro de no estar comprando aprobación, ventajas o respaldo.

10. Avanzar al propio ritmo resolviendo las dudas doctrinales o teológicas en fuentes serias. Evitar las falacias de la verdad temporal, del irenismo y de una falsa misericordia.

11. Tomar medidas apropiadas en cuanto a los actos repetitivos, sobre todo: no acelerarse, establecer si se usa una misma homilía para muchas misas, renovar los actos interiores de inmolación.

12. Volver la mirada a quienes han amado de verdad a la Iglesia, y han sufrido por ella.