* Una de las tres dimensiones de una espiritualidad sólida es la "longitud," que recibe ese nombre porque una verdadera espiritualidad cristiana debe ir desde la profundidad de la adoración hasta el ardor por la evangelización.

* Para no decirse mentiras, conviene pensar la adoración en términos de tiempo que entregamos al Señor; y la evangelización, en términos de cuántas personas le vamos acercando.

* En esta dimensión de "longitud" o de "largo" se cumple la LEY DEL IMPACTO, enunciada por el Santo Cura de Ars, San Juan María Vianney: "El impacto de tus palabras al evangelizar será siempre igual o menor que el impacto que el mensaje del Evangelio haya tenido antes en tu vida." La única manera de mejorar el impacto "afuera" es mejorando el impacto "adentro."

* El impacto interior crece y se mide según las decisiones que tomamos; los gastos que hacemos (no solo de dinero); y la formación, el hambre de conocer y vivir la fe.