04 Retiro sacerdotal de la confianza

* Muchas veces vivimos en la superficie de nosotros mismos, y por ello no es extraño que nos volvamos "superficiales." Lo que nos mantiene en ese estado es que, aun estando en el pecado, nos sentimos felices y fuertes.

* Un escalón más abajo, y por lo tanto, un primer paso hacia una verdad más profunda, sucede cuando pecar ya no funciona; simplemente no produce el mismo resultado. Ya no estamos felices pero todavía nos creemos fuertes porque nos quedan recursos interiores y a veces exteriores (como al hijo pródigo, cuando todavía le quedaba dinero).

* Pero los recursos se nos acaban eventualmente y entonces empieza el peligro grave de la desesperación o del cinismo. O si no, la persona se dedica a culpabilizar a otros.

* En un escalón más abajo, la persona admite que sí ha hecho cosas mal, pero intenta disculparlas o minimizarlas de alguna forma.

* Aún más abajo, pero todavía no en el fondo, la persona cae en cuenta de que el pecado no ha sido algo colateral o anecdótico sino profundo y en cierto sentido permanente. Aquí ya percibe de lleno su necesidad de salvación.

* Y el escalón más importante es el que conduce a entender que, a pesar de toda nuestra miseria, hay un Dios cargado de misericordia que nos aguarda y que siempre nos amó.

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