MelP_555-Efesios_4_22
Jul 13, 2023 ·
2m 30s
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Description
«En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos,» (Efesios 4:22) Aquí describe Pablo la vida de la cual...
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«En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos,» (Efesios 4:22)
Aquí describe Pablo la vida de la cual nos ha rescatado Dios por medio de la redención de Cristo. La describe como “el viejo hombre”. Si la salvación es un nuevo nacimiento, entonces nuestra vida antes de nacer era vieja. Pablo dice que ese viejo hombre estaba viciado, adicto, corrompido según los deseos de la carne. La imagen es la de un toxicómano que está controlado por la droga. Pero Pablo añade una palabra más para describir esos deseos que controlaban al viejo hombre: engañosos. Nuestros deseos carnales son vanidad. Siempre ocurre lo mismo: imaginamos que todo aquello que desea hacer nuestra carne puede llenarnos y satisfacer el deseo más profundo de nuestra alma. Pero la experiencia nos dice que cuando nos entregamos a los deseos pecaminosos, nos encontramos más vacíos y miserables que antes. En este sentido, los deseos de la carne son engañosos porque nos hacen promesas que no pueden cumplir. Pero por la gracia de Dios, podemos despojarnos del viejo hombre. No se hace con esfuerzos o disciplina sino siendo renovados por el Espíritu Santo y revestidos de la verdadera justicia y santidad.
Hoy experimentaremos la tentación de volver a vivir como el viejo hombre, siguiendo el vicio de los deseos engañosos, pero por la gracia de Dios podemos resistir la tentación y gozar de la libertad en Cristo para servir a nuestro Dios. (David Bell)
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Aquí describe Pablo la vida de la cual nos ha rescatado Dios por medio de la redención de Cristo. La describe como “el viejo hombre”. Si la salvación es un nuevo nacimiento, entonces nuestra vida antes de nacer era vieja. Pablo dice que ese viejo hombre estaba viciado, adicto, corrompido según los deseos de la carne. La imagen es la de un toxicómano que está controlado por la droga. Pero Pablo añade una palabra más para describir esos deseos que controlaban al viejo hombre: engañosos. Nuestros deseos carnales son vanidad. Siempre ocurre lo mismo: imaginamos que todo aquello que desea hacer nuestra carne puede llenarnos y satisfacer el deseo más profundo de nuestra alma. Pero la experiencia nos dice que cuando nos entregamos a los deseos pecaminosos, nos encontramos más vacíos y miserables que antes. En este sentido, los deseos de la carne son engañosos porque nos hacen promesas que no pueden cumplir. Pero por la gracia de Dios, podemos despojarnos del viejo hombre. No se hace con esfuerzos o disciplina sino siendo renovados por el Espíritu Santo y revestidos de la verdadera justicia y santidad.
Hoy experimentaremos la tentación de volver a vivir como el viejo hombre, siguiendo el vicio de los deseos engañosos, pero por la gracia de Dios podemos resistir la tentación y gozar de la libertad en Cristo para servir a nuestro Dios. (David Bell)
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Author | David y Maribel |
Organization | David y Maribel |
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