MelP_297-Genesis_17_17
Jan 4, 2024 ·
2m 30s
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Description
«Entonces Abraham se postró sobre su rostro, y se rió, y dijo en su corazón: ¿A hombre de cien años ha de nacer hijo? ¿Y Sara, ya de noventa años,...
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«Entonces Abraham se postró sobre su rostro, y se rió, y dijo en su corazón: ¿A hombre de cien años ha de nacer hijo? ¿Y Sara, ya de noventa años, ha de concebir?» (Génesis 17:17)
En el capítulo 18 de Génesis, leemos de la siguiente ocasión en que Dios visitara a Abraham para anunciarle el nacimiento de su heredero, pero esta vez delante de Sara. La reacción de Sara era reírse al pensamiento de poder dar a luz a una edad tan avanzada. Pero a veces se nos olvida que en el capítulo anterior, Abraham había tenido la misma reacción. Realmente es en respuesta a la reacción de Abraham que Dios decreta el nombre del hijo de promesa, Isaac, un nombre que significa ""se ríe"". Pero lo importante no es sencillamente la primera reacción sino la respuesta siguiente. Tanto Abraham como Sara se recapacitaron y creyeron la promesa de Dios. Así lo resalta Hebreos 11. «Por la fe también la misma Sara, siendo estéril, recibió fuerza para concebir; y dio a luz aun fuera del tiempo de la edad, porque creyó que era fiel quien lo había prometido.» Lo ideal sería que siempre creyéramos a Dios y obedeciéramos a primeras. Pero si nuestra reacción inicial es otra (y en nuestra carne es fácil que así sea), lo importante es reconocerlo y empezar a confiar.
No perdamos tiempo ni la bendición de seguir a Dios por culpa de la incredulidad. Que aprendamos a confiar en Dios para que Él pueda cumplir su voluntad en nosotros. (David Bell)
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En el capítulo 18 de Génesis, leemos de la siguiente ocasión en que Dios visitara a Abraham para anunciarle el nacimiento de su heredero, pero esta vez delante de Sara. La reacción de Sara era reírse al pensamiento de poder dar a luz a una edad tan avanzada. Pero a veces se nos olvida que en el capítulo anterior, Abraham había tenido la misma reacción. Realmente es en respuesta a la reacción de Abraham que Dios decreta el nombre del hijo de promesa, Isaac, un nombre que significa ""se ríe"". Pero lo importante no es sencillamente la primera reacción sino la respuesta siguiente. Tanto Abraham como Sara se recapacitaron y creyeron la promesa de Dios. Así lo resalta Hebreos 11. «Por la fe también la misma Sara, siendo estéril, recibió fuerza para concebir; y dio a luz aun fuera del tiempo de la edad, porque creyó que era fiel quien lo había prometido.» Lo ideal sería que siempre creyéramos a Dios y obedeciéramos a primeras. Pero si nuestra reacción inicial es otra (y en nuestra carne es fácil que así sea), lo importante es reconocerlo y empezar a confiar.
No perdamos tiempo ni la bendición de seguir a Dios por culpa de la incredulidad. Que aprendamos a confiar en Dios para que Él pueda cumplir su voluntad en nosotros. (David Bell)
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Author | David y Maribel |
Organization | David y Maribel |
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