En este episodio vamos a volver sobre uno de los genios que sentó las bases de la música clásica, ese pequeño y precoz genio, que desde Salzburgo nos maravilló con su extraordinaria capacidad para componer cientos de obras legendarias en apenas unas décadas. Estamos hablando, eso es, de Wolfgang Amadeus Mozart.

Y el tema que tocaremos es la música de cámara, más concretamente a través de uno de sus tríos para piano y cuerdas. Cuando hablamos de música de cámara, hablamos de una música que fue concebida para tocar en una cámara, o en una habitación, espacios que no permitían el uso de muchos músicos. Las formas que podemos encontrar en la música de cámara son variadas, y van desde los canónicos cuartetos de cuerda, a tríos con cuerda y piano (violín, violonchelo y piano) o muchas otras formas que incluyen instrumentos de viento. Mozart incluso fue uno de los grandes exponentes de las orquestas de cámara, con sus cuerdas, sus oboes y sus trompas, sentando las bases de las formaciones orquestales que vendrían después.

En este programa, nos adentraremos en el Trío para piano, violín y violonchelo en si bemol mayor K 502. Este trío corresponde a una serie de tríos compuestos por Mozart entre 1786 y 1788. Gracias a una carta que ha llegado hasta nuestros días, dirigida a su colega Michael Puchberg y fechada en 1788, podemos saber que Mozart tomaba estos tríos casi como un juego entre colegas, un divertimento. En la misiva, Mozart le decía ¿Cuando haremos una nueva fiesta musical en tu casa? He compuesto un nuevo trío.

A diferencia de otros tríos, que Mozart concibió para músicos amateurs o como ligeros divertimentos, este trío posee un equilibrio y una fuerza entre el violín, el violonchelo y el piano, que hace que se pueda considerar una obra mayor dentro del género camerístico, y a diferencia de trabajos anteriores, este está concebido para formaciones de músicos profesionales, aprovechando las posibilidades de los distintos instrumentos del trío.

La obra tiene una estructura clásica, dividida en tres movimientos, y dura unos 23 minutos. Los movimientos son los siguientes:
I. Allegro
II. Larghetto
III. Allegretto
IV. Allegro con spirito,

Esta versión que escucharemos está interpretada por el Grupo Amati de la Escuela Superior de Música Reina Sofía, un trío de jovencísimos intérpretes formado por Paula Mejía al violín, Eva Arderius Esteban al violonchelo y Matteo Giuliani al piano. Fue grabada este 16 de enero en el Auditorio Sony de Madrid.