Hola apasionados del taekwondo ¿Cómo están? Iniciamos la semana con un nuevo episodio de nuestro podcast Pasión Taekwondo.

Si eres una madre, padre o maestro de un niño que entrena taekwondo esta situación seguro te suena familiar. ¿Tú hijo/alumno ya no quiere entrenar taekwondo?

¿Es el fin de los tiempos? ¿Si le permites claudicar le enseñarás a eludir sus responsabilidades por el resto de su vida?

Antes de tomar medidas drásticas vamos a reflexionar al respecto.

¿Por qué quiere abandonar?

Esa es información sumamente valiosa. ¿El taekwondo es aburrido para él? ¿Es monótono? ¿Cuántos años lleva entrenando? ¿Cómo se llevan con sus compañeros? ¿Se le esta exigiendo demasiado o muy poco?

Dependiendo de la respuesta a estas preguntas se podrán tomar diferentes medidas.

Una de las causa más comunes es el aburrimiento. Si los niños llevan muchos años realizando la misma actividad es probable que se aburran. Con los años resulta fácil caer en la rutina.

Hay diferentes formas de acabar con esa rutina, quizás el “niño” este listo para comenzar a entrenar a un nivel más elevado o quizás sea positivo que haga una pausa del deporte.

Esto no es necesariamente malo siempre y cuando los niños se mantengan activos. Muchos grandes deportistas han sido multidisciplinarios y tomarse un tiempo para realizar otra actividad puede ser benéfico para el cuerpo y la mente.

Otra situación es el plano social. Si el niño se lleva bien con sus compañeros es probable que permanezca más tiempo con el grupo, si no se lleva tan bien quizás no sea el taekwondo lo que no le gusta, sino los compañeros.

Por eso una buena comunicación es vital con tus hijos. Recuerdo que yo de niño asistía a clases de piano con un sentimiento un poco bipolar. Por un lado había algo del piano que me atraía pero el maestro daba las clases demasiado aburridas.

Hubo un momento en que perdí uno de mis libros de piano y yo no quería decirle a mi papá pues se iba a enojar. Preferí evadir el problema y decir que ya no quería asistir a clases de piano porque ya no me gustaban.

Mis padres probablemente ni se imaginaban la causa de que yo abandonara las clases. Entonces una buena comunicación es crucial para entender el por qué los niños abandonan.

No me parece de ninguna manera un pecado que abandonan. Los seres humanos tenemos intereses que van cambiando con los años, o con los meses. Si la vida de los niños cambia tanto ¿Por qué permanecer atado a una decisión de por vida?