Messi y el síndrome de Stendhal
Dec 19, 2016 ·
3m 6s
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Description
Messi y el síndrome de Stendhal. El partido de ayer de Messi fue antológico. Regateó a seis rivales en dos metros cuadrados, entre otras cosas. Balón de Oro, sin comentarios....
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Messi y el síndrome de Stendhal.
El partido de ayer de Messi fue antológico. Regateó a seis rivales en dos metros cuadrados, entre otras cosas.
Balón de Oro, sin comentarios.
Ante un Espanyol intenso y luchador, el Barça hizo un partido serio. A pesar de eso, no les dejamos tirar ni una vez a puerta.
Manejamos el balón, el Espanyol presionó y usó a veces, más patadas de las permitidas que, por fin, el árbitro castigó pertinentemente. Nada que objetar del árbitro, debería ser siempre así.
Balón de Oro ridiculizado.
"Es una delicia verlos jugar, Iniesta y Messi crean belleza" decía Quique Sánchez Flores sobre nuestros jugadores en la rueda de prensa después de pedirle la camiseta a Messi "porque mi hijo es del Barcelona y me pide camisetas de Messi."
Balón de Oro desprestigiado.
El pase de Iniesta del primer gol, el que rompe el partido, el de 45 metros, es terrorífico y casi es igualable al control con orientación vertical pausada de Suárez para que no se la quite el portero ni el defensa.
Balón de Oro, qué risa tía Marisa.
El segundo tiempo de Messi es, otra vez, supremo e inolvidable. Un día le meterá un caño a su sombra y no nos sorprenderemos.
Balón de ¿qué?
Los dos goles de después deberían contar para Messi. Hace tantos regates, mete tantos caños, desborda a miles de rivales en pocos metros cuadrados y genera tanta creatividad, que es, a veces, imposible de digerir.
Messi nos contagia el síndrome de Stendhal.
Lo que le pasó al romántico escritor cuando visitó Florencia por primera vez. Esos mareos y esos vómitos generados por tanta belleza nos los crea Messi.
Lo del último gol es de escándalo porque mete el caño sin querer. Es de una suavidad estética tan aterciopelada que hasta el portero no le mira a los ojos. Solo agacha la cabeza para que acabe su pesadilla. Es una reverencia.
Definitivamente, mis rivales pericos como Alberto, Pirelo, Sergio o Mario, deberían pagar por ver jugar a Messi.Y que no se enfaden.
Balón de Oro, menuda farsa.
Messi eterno y que me perdone el lector porque creo que se me han colado pensamientos internos entre las líneas de este sosegado artículo.
#roboenjapon
El Hincha Furibundo.
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El partido de ayer de Messi fue antológico. Regateó a seis rivales en dos metros cuadrados, entre otras cosas.
Balón de Oro, sin comentarios.
Ante un Espanyol intenso y luchador, el Barça hizo un partido serio. A pesar de eso, no les dejamos tirar ni una vez a puerta.
Manejamos el balón, el Espanyol presionó y usó a veces, más patadas de las permitidas que, por fin, el árbitro castigó pertinentemente. Nada que objetar del árbitro, debería ser siempre así.
Balón de Oro ridiculizado.
"Es una delicia verlos jugar, Iniesta y Messi crean belleza" decía Quique Sánchez Flores sobre nuestros jugadores en la rueda de prensa después de pedirle la camiseta a Messi "porque mi hijo es del Barcelona y me pide camisetas de Messi."
Balón de Oro desprestigiado.
El pase de Iniesta del primer gol, el que rompe el partido, el de 45 metros, es terrorífico y casi es igualable al control con orientación vertical pausada de Suárez para que no se la quite el portero ni el defensa.
Balón de Oro, qué risa tía Marisa.
El segundo tiempo de Messi es, otra vez, supremo e inolvidable. Un día le meterá un caño a su sombra y no nos sorprenderemos.
Balón de ¿qué?
Los dos goles de después deberían contar para Messi. Hace tantos regates, mete tantos caños, desborda a miles de rivales en pocos metros cuadrados y genera tanta creatividad, que es, a veces, imposible de digerir.
Messi nos contagia el síndrome de Stendhal.
Lo que le pasó al romántico escritor cuando visitó Florencia por primera vez. Esos mareos y esos vómitos generados por tanta belleza nos los crea Messi.
Lo del último gol es de escándalo porque mete el caño sin querer. Es de una suavidad estética tan aterciopelada que hasta el portero no le mira a los ojos. Solo agacha la cabeza para que acabe su pesadilla. Es una reverencia.
Definitivamente, mis rivales pericos como Alberto, Pirelo, Sergio o Mario, deberían pagar por ver jugar a Messi.Y que no se enfaden.
Balón de Oro, menuda farsa.
Messi eterno y que me perdone el lector porque creo que se me han colado pensamientos internos entre las líneas de este sosegado artículo.
#roboenjapon
El Hincha Furibundo.
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Author | El Hincha Furibundo |
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