Hay veces en la que los sentimientos nos traicionan y si teníamos un corazón como un muro inquebrantable, se abre una puerta para cierta persona. Caemos en una trampa, en un derroche de egoísmos, terminamos desconociéndonos a nosotros mismos, viviendo en el caos. Abandonamos nuestro pasado, nos abandonamos a nosotros mismos.