Aunque se citan como referentes más cercanos los intentos -fallidos- de 1931 y 1934 de proclamación unilateral de la República de Cataluña, hay un episodio, ocurrido en pleno siglo XVII, en el que sí logró independizarse de España. La monarquía Hispánica, sumida en una profunda crisis económica, necesitaba mantener muchos frentes abiertos, y la declaración de guerra por parte de Francia -en el contexto de la Guerra de los 30 Años- motivó el envío de tercios españoles a defender la frontera de la Cataluña norte, los condados del Rosellón y la Cerdaña. Sin embargo, la presencia de tropas provocó la sublevación de parte del campesinado catalán -los "segadors"-, que el día del Corpus de 1640 se levantaron en armas en Barcelona contra las autoridades, llegando a asesinar al Virrey, el conde de Santa Coloma. Los políticos catalanes, incapaces de contener aquella rebelión, se sometieron a Francia, bajo cuya soberanía permaneció Cataluña hasta 1652, año en que -ayudados por los propios catalanes, que habían sido masacrados por los franceses- las tropas españolas reconquistan Barcelona.