Como una flor que aparece brevemente en el gran campo de las Escrituras, es la historia de esta mujer llamada Elisabet, la madre de Juan el Bautista. Era de buena familia y disfrutó de muchos años de matrimonio con su marido Zacarías, pero cuando el médico Lucas escribe de ella menciona que además de ser de avanzada edad, había sido estéril y nunca pudo tener hijos. Para muchos en aquella cultura esa era una señal de la falta de estima de Dios y habría quienes le reprocharían por ello. Sin embargo, Dios tenía planes especiales para este matrimonio, y aunque tardó muchos años en llevarlos a cabo, cuando finalmente llegó el momento, fue glorioso de verdad. Tal fue la fe y la gratitud de esta mujer que cuando Dios obró el milagro en ella se aisló a sí misma por cinco meses, y esa decisión es la que forma la base para este estudio. (EH21)