Fernando, como poco suena extraño sugerir una relación entre la pederastia y la falta de estudios, de posición social, de recursos… por qué en la iglesia? porque la iglesia y ya está… sí, esa iglesia, la de siempre, la del padre, el hijo y el espíritu santo, la del antiguo y nuevo testamento, el dogma, el anatema, el pecado, el celibato, la sumisión, la humillación, la represión…
Leer el art. 183 del código penal además de incómodo y triste es demoledor; la ley y sus matices, violencia, intimidación, penetración, vías de penetración, desarrollo intelectual, edad, número de abusadores, vejación, superioridad, parentesco, peligro de la víctima… en actos que atentan contra la indemnidad sexual de un menor de dieciséis años. Abusar sexualmente de un niño implica un ejercicio de poder, sometimiento y violencia, que necesariamente hace al abusador consciente de su acción, tanto si es de forma violenta, entiéndase violencia como el uso de la fuerza y el miedo para cometer el abuso, como si el abusador establece una relación afectuosa con su víctima con la intención de normalizar el abuso como una expresión de cariño… Quizá nos tranquiliza más pensar en personajes abyectos y amorales, porque entender la causa que empuja a un adulto a abusar de un niño más allá de una inclinación sexual insinúa un problema psicológico, psiquiátrico, una enfermedad mental… en cuyo caso nos encontraríamos ante una enfermedad psiquiátrica penada legalmente… Quizá es más fácil sumar años a las penas… Quizá es mejor así…
Además de tratar de ocultarlo para que no trascienda a la opinión pública. Cuando hay un caso de éstos lo que hacen es rotarles de diócesis en diócesis.