Muchas voces están denunciando los grandes impactos ambientales que producen en el territorio las grandes instalaciones fotovoltaicas o polígonos eólicos y es un problema que hay que atajar. Pero seamos conscientes de nuestras quejas, elijamos bien nuestros enemigos en esta lucha para no pegarnos un tiro en el pie.
Desgraciadamente he tenido que escuchar argumentos bastante desafortunados y poco reflexionados que culpan a la Ley de Evaluación de Impacto Ambiental (EIA) de todos los males. Y esto no estaría mal si fuera con argumentos fundamentados.
El problema viene cuando estas críticas se hacen sin conocimiento de causa o sobre aspectos discutibles pero en ningún caso malignos. Cuando se presupone una maldad intencionada a todo el colectivo de técnicos que realizan y evalúan las EIA queda muy claro que se está errando el tiro.
Así que elijamos bien los enemigos en esta lucha, porque corremos el peligro de hacer el ridículo y que el ciudadano termine rechazando a todo colectivo ecologista por la nefasta labor comunicativa de unos pocos. Porque quejarse es muy fácil, pero quejarse y a la vez ser coherente no es tan sencillo.
Muchas voces están denunciando los grandes impactos ambientales que producen en el territorio las grandes instalaciones fotovoltaicas o polígonos eólicos y es un problema que hay que atajar. Pero seamos conscientes de nuestras quejas, elijamos bien nuestros enemigos en esta lucha para no pegarnos un tiro en el pie.
Desgraciadamente he tenido que escuchar argumentos bastante desafortunados y poco reflexionados que culpan a la Ley de Evaluación de Impacto Ambiental (EIA) de todos los males. Y esto no estaría mal si fuera con argumentos fundamentados.
El problema viene cuando estas críticas se hacen sin conocimiento de causa o sobre aspectos discutibles pero en ningún caso malignos. Cuando se presupone una maldad intencionada a todo el colectivo de técnicos que realizan y evalúan las EIA queda muy claro que se está errando el tiro.
Así que elijamos bien los enemigos en esta lucha, porque corremos el peligro de hacer el ridículo y que el ciudadano termine rechazando a todo colectivo ecologista por la nefasta labor comunicativa de unos pocos. Porque quejarse es muy fácil, pero quejarse y a la vez ser coherente no es tan sencillo.
Referencias:
Metiendo la pata hasta el fondo -> La Luciérnaga 03-03-21. Energías limpias o energías sucias https://www.ivoox.com/luciernaga-03-03-21-energias-limpias-o-energias-sucias-audios-mp3_rf_66332937_1.html
Muy recomendable -> La Oveja Verde: La otra cara de las energías renovables https://anchor.fm/somos-la-oveja-verde/episodes/12--La-otra-cara-de-las-energas-renovables-eqebfg
Catastrofismo dialéctico no por favor | el charco #44 https://www.podcastidae.com/programa/catastrofismo-dialectico-no-por-favor-el-charco-44/
https://twitter.com/MedioAmbAND/status/1366104284425838593
“el charco” #elcharco https://www.podcastidae.com/podcast/el-charco/ es un podcast de la Red Podcastidae https://www.podcastidae.com dirigido y presentado por Enoch Martínez Director de la web Trabaja en Medio Ambiente https://www.trabajaenmedioambiente.com
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"quien reparte carnets de ecologista?" Seguramente haya empresas "ecologistas" , desde luego no creo que lo sea ninguna energética,. Bajo mi humilde y menos formado punto de vista una empresa que instale pongamos por ejemplo parques eólicos va a intentar poner cuantos más mejor y si consigue un hueco legal ( suelen tener buenos abogados) meter más serán más y si desaparece tal o cual especie pués ... Mala suerte....