El mercado no compra tu producto o servicio: ¡te compra a ti!

Lo que tú vendes, otros lo venden. Lo que tú sabes, otros lo saben. Lo que tú prometes, otros lo prometen. La diferencia no está en lo que vendes, en tu producto o servicio, sino en ti, en tu capacidad para ayudar a otros a transformar su vida. Eres tú, no tu producto, lo que la gente compra.

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