13. Jesucristo, el Mesías anhelado pero inesperado

* La gran referencia, el punto de mira, para los judíos era el reinado de David. Aquella época, ya mil años atrás en el tiempo, estaba sin embargo grabada a fuego en el recuerdo del pueblo elegido. David fue quien consiguió tres cosas muy notables: (1) La unidad del pueblo elegido, sobre todo la unidadentre las tribus del Norte y las del Sur; (2) Una victoria estable sobre los filisteos, que dejaron de ser una amenaza permanente y fastidiosa; (3) Un tiempo de considerable prosperidad, algo asícomo poder disfrutar de la "tierra que mana leche y miel."

* En tiempos de Jesús el pueblo entero, con la excepción ya explicada de los sacerdotes, anhela la llegada del Mesías, a quien llaman inequívocamente "Hijo de David." La predicación ardiente de Juan Bautista ha llevada esta expectación a su máximo. Claramente lo que esperan es que este nuevo Mesías expulse a los nuevos "filisteos" es decir, a los Romanos, de modo que las bendiciones de prosperidad, fecundidad y seguridad vuelvan a Israel.

* Los poderes maravillosos que actúan en Cristo, y que son admiración y deleite de las multitudes lo confirman como enviado de Dios, capaz de confundir y vencer a cualquier adversario. Pero pronto la confusión surge más bien en los hebreos: Jesús concentra su atención y su tiempo en los últimos de la sociedad: mujeres, leprosos, publicanos, prostitutas, samaritanos, lisiados, niños, incluso extranjeros, y también Romanos!

* Aquellos hombres sabían que Dios se ocupa de sus pobres pero querían pensar que "los pobres" eran ante todo ellos mismos: el pueblo de Israel y de Judá, y que lo que Dios iba a hacer por los pobres era para salvarlos a ellos como pueblo. Pero Jesús los desconcierta porque dentro del mismo pueblo se pone al servicio de los excluidos.

* El actuar de Cristo es extraño para todos: todos despreciaban al tipo de personas a quienes Cristo servía tanto, menos los zelotas que veían potencialmente en los más pobres y excluidos una fuerza que podía usarse quizás para derribar a los Romanos. Pero Cristo no está creando un ejército o una fuerza... Cristo está mostrando de modo ejemplar cuál es el lugar y la obra de la gracia. La palabra clave de su mensaje es el regalo del amor de Dios.

* Que el reinado de Dios es el reinado de su amor incondicional, de su amor gratuito, es lo que revela a Dios Padre, nos hace coherederos y vence a la Gran Mentira del demonio.