La Palabra de Dios es "viva y eficaz" pero no llega a nosotros a imponerse sino que "está a la puerta, y llama." ¿Cómo acoger y escuchar esa Palabra de modo que pueda desplegar su gracia y fuerza en nosotros? Algunas recomendaciones: (1) Escuchar con espíritu de COMUNIDAD y por tanto, EN COMUNIÓN con la Iglesia. (2) Cultivar el deseo de la Palabra, de modo que tengamos siempre interés en recibir y apropiarnos el mensaje. (3) Dar a la Palabra un lugar "alto" esto es, escuchar con espíritu de humildad y reconocimiento de su autoridad. (4) Necesitamos de las ayudas, explicaciones, cursos, buenas propuestas de formación que ofrece nuestra Iglesia, así como los judíos contaron con el auxilio de los levitas para entender la Palabra. (5) Hemos de dejarnos interpelar por la Palabra y no frenar su capacidad de cuestionarnos y arrancar de nosotros los ídolos. (6) Pero recordar siempre que el mensaje del Señor no es devastación solamente sino llegada de su señorío, que trae paz y alegría.