La fase primero de nuestra vida cristiana y de nuestro camino vocacional es la sanación, que incluye libertad del pecado y, en cuanto es posible, de sus consecuencias. Pero muchas personas se conocen muy poco y ni siquiera saben de qué tendrían que sanarse.

Hay tres escenarios que nos ayudan a descubrir de cuántas cosas necesitamos sanarnos:

(1) El DESIERTO, porque nos obliga a revisar nuestras motivaciones, enfrentar miedos y tentaciones, y a menudo, tocar el límite de nuestras fuerzas.

(2) La VIDA COMUNITARIA porque la comunidad no está pensada para satisfacer caprichos ni proveer compensaciones, y con ello nos devuelve a la verdad de nuestro ser.

(3) El SERVICIO porque, como enseñaba San Vicente de Paúl, los pobres son a menudo poco agradables y poco agradecidos, y es en tal ambiente donde uno conoce sus motivaciones.