En este podcast expreso algunas de mis experiencias en relación a un experimento:

meditando con músicas chamánicas.


De todas las meditaciones en que he usado música chamánica voy a destacar algunas. Cada día he experimentado con una diferente de distintas partes del mundo, desde Corea a Perú, desde Australia a África…


Chamanismo coreano, con música ritual chamánica de Corea, con música chamánica africana y con la australiana.


Para concluir, he sentido que la música con didgeridoo, y la chamánica en general, es espiral; es decir, tiene un ritmo circular abriéndose a la naturaleza. Me he sentido impelida a moverme muy suavemente desde mi sitio como en espiral con la cabeza y con la pelvis. Se llega bastante bien al momento de desconexión del hemisferio derecho y se entra en ese estado de paz y gran conexión con la otra dimensión.


Sin embargo no me sentiría atraída a continuar meditando con este tipo de música. Aunque reconozco que, según mi experiencia, la meditación chamánica une de modo especial nuestro cuerpo con la naturaleza y con los seres animados hasta llegar a un sentimiento de unidad con el cosmos. Entiendo que se pueda sentir una especie de éxtasis; y que las drogas no son más que un querer acortar los preámbulos del viaje y perder conciencia, cosa que no veo propio de la meditación.