UNA LÁGRIMA

No es una lágrima
la que brota…
son raudales
las que de mis
ojos verdes emergen...

Lloro por el sentimiento perdido…
por la humanidad fría y calculadora,
lloro por la desigualdad percibida,

¡Por la injusticia!
¡La intolerancia!
¡Y el desamor!

Seco mis ojos con el manto verde
que te cubre, ¡Oh Madre Tierra!
Y me abrigo con tus selvas.

Vertí mis lágrimas al océano
de vida que posees
tratando de redimir mis penas,
por la violencia contra ti causada.

Mujer y Madre violentada:
¿Acaso no entenderemos
el daño causado?
¿Acaso sacudirás tu manto
y levantaras tus aguas
en protesta?

Enséñame a amarte…
como el amante llena de caricia
el cuerpo del encanto,

Enséñame a protegerte
como la madre al hijo.

Enséñame a cuidarte
como el único tesoro vivo…

(Esperanza Ramos-Yáñez)
Aguachica, Colombia, Enero 4, 2013