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Números-035 Balaam y Baal-Peor

Números-035 Balaam y Baal-Peor
Feb 18, 2023 · 12m 29s

Contar y comentar una historia que ocupa varios capítulos en menos de 10 minutos es un reto, pero lo voy a intentar. Los capítulos 22 al 24 de Números nos...

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Contar y comentar una historia que ocupa varios capítulos en menos de 10 minutos es un reto, pero lo voy a intentar. Los capítulos 22 al 24 de Números nos narran la historia del rey de Moab, Balac, y el profeta Balaam. El relato de lo que sucedió con Balaam y el pueblo de Israel sería cómico si no fuera tan deprimente. El Señor no nos da un resumen, sino que nos permite ver los detalles de lo que sucedió para que podamos, creo yo, disfrutar la historia y aprender de ella.

Nos dice el texto que al ver Balac la victoria de Israel contra los amorreos, Moab tuvo gran temor. Dice el versículo 4 que dijo el rey Balac: “Ahora lamerá esta gente todos nuestros contornos, como lame el buey la grama del campo”

Así que Balac ideó un plan. Fue a buscar a Balaam, un conocido adivino residente de Petor, para que maldijera a los de Israel. Fueron los siervos a encontrarse con Balaam, trayéndole regalos de adivinación, como era la tradición. Y le dieron el mensaje del rey: 6: “Ven, pues, ahora, te ruego, maldíceme este pueblo, porque es más fuerte que yo; quizás yo pueda herirlo y echarlo de la tierra; pues yo sé que el que tú bendigas será bendito, y el que tú maldigas será maldito.”

Balac estaba poniendo toda su confianza en este adivino, pensando que él podría hacer que el pueblo de Dios se debilitara para derrotado.

Curiosamente, nos dice el texto que el profeta Balaam les pidió que esperaran hasta la mañana, y fue a consultar con Jehová Dios.
Leemos en Números 22: 9-12: “vino Dios a Balaam, y le dijo: ¿Qué varones son estos que están contigo?
Y Balaam respondió a Dios: Balac hijo de Zipor, rey de Moab, ha enviado a decirme:
He aquí, este pueblo que ha salido de Egipto cubre la faz de la tierra; ven pues, ahora, y maldícemelo; quizá podré pelear contra él y echarlo. Entonces dijo Dios a Balaam: No vayas con ellos, ni maldigas al pueblo, porque bendito es”.

Dios podría decirlo más fuerte, pero no más claro. Dios le pregunta a Balaam sobre estos hombres, no porque no sepa quienes son ,pero quizás porque quiere que Balaam se de cuenta de que está queriendo pactar con los que están en contra de Dios y de su pueblo.

A la mañana siguiente Balaam les contesta que no podría maldecir al pueblo. Su excusa fue: “Jehová no me quiere dejar ir con vosotros”. ¿No te parece una respuesta débil de un hombre ya crecido? A mis hijos les enseñamos cuando llegaron a una cierta edad que aquellas cosas que no debían hacer debido a sus propias convicciones, ellos no debían contestar un mero:”Mis padres no me dejan,” ya que es un argumento de fácil salida pero poco carácter. Si ellos creen que la actividad no es adecuada, deberían contestar que “ellos no se sienten cómodos realizándola, o algo parecido. Una respuesta así muestra una determinación y principios propios.

Balaam obviamente no había visto la seriedad de la petición que le estaban haciendo, y ante su falta de carácter, pone a Dios como excusa.

Tras esta respuesta, el rey Balac sabe que puede insistir y quizás cambiar la posición del profeta. Éste envía gente de mayor renombre, insistiéndole a Balaam que vaya, y prometiéndole gran honra y riquezas si tan solo maldice al pueblo de Israel.

A este intento Balaam response que no puede ir en contra de lo que Dios diga aunque le ofrezca el rey toda su casa. Pero habiendo dicho esto, les dice que esperen hasta la mañana, que iría a consultar por si Dios había cambiado de opinión, como si Dios no lo hubiera dejado claro la primera vez. 22:19

Dios, que ve que Balaam desea ir y no está interesado en lo que pueda ser la voluntad de Dios, deja que Balaam vaya por su propio camino, pero le advierte: “harás lo que yo te diga” (20)

Contento de poder realizar este trabajo, Balaam “enalbardó su asna y fue con los príncipes de Moab” Seguro que estaba encantado con la oportunidad de ser un hombre rico y de renombre.

Mas nos dice que Dios no estaba contento con que él fuera; en su ira, el ángel del Señor se puso en el camino por adversario suyo” (22)

Así que en la próxima escena vemos a Balaam en su asna escoltado por dos criados. Y ni Balaam ni los criados vieron que el angel de Jehová estaba ante ellos con la espada desenvainada. Más el asna sí lo vio, así que se apartó de su camino yéndose trotando por en medio del campo. Enfadado de que su asna hiciera lo que le daba la gana, Balaam la azotó para hacerla volver al camino.

Una vez más, el ángel de Jehová se colocó en una senda de viñedos que tenía pared a un lado y al otro. Así que el asna se echó a un lado, aplastando el pie de Balaam contra la pared. Balaam la volvió a azotar.

Una tercera vez el ángel se puso delante del asna, en un lugar estrecho donde el asna no podía apartarse ni a un lado ni a otro. Así que este se tiró al suelo. Balaam se enojó de tal forma que comenzó a azotar al asna con un palo. Y Dios, para abrirle los ojos al necio de Balaam, abre la boca del asna, la cual dijo: “Qué te he hecho, que me has azotado estas tres veces?

Balaam, en su enfado, ni se percata de que el burro le está hablando y le contesta: Te azoto “porque te estás burlando de mí. ¡Ojalá tuviera espada en mi mano, que ahora te mataría!

Interesante, Balaam dice que mataría al asna si tuviera espada, mas vemos que el ángel con la espada desenvainada, no daña a Balaam.

El asna le contestó: “¿No soy yo tu asna? Sobre mí has cabalgado desde que tú me tienes hasta este día; ¿he acostumbrado hacerlo así contigo?

Ahí Dios le abre los ojos da Balaam, el cual ve al ángel de Jehová en el camino, espada en mano. Balaam se inclinó en reverencia.

Dios le preguntó a Balaam: ¿Por qué has azotado tu asna estas tres veces? Y Dios le dice que si no hubiera sido por su asna, le habría matado. Lejos de burlarse de Balaam, el asna estaba protegiéndolo.

Balaam confiesa que ha pecado, ofreciendo a Dios volverse y no ir con los de Moab. Mas Dios, una vez más le deja que haga aquello que Balaam quiere, con la advertencia que solo podrá decir lo que Dios le diga.

Esta historia no tiene desperdicio. El incidente con el asna, en la que esta intenta salvar a su dueño nos es como una parábola para entender mejor lo que Balaam está haciendo con Dios. Se supone que Balaam es un profeta, y el profeta ha de dar el mensaje de Dios. Sin embargo Balaam quiere hacer aquello que a él le conviene, dejando a un lado el deseo de su Señor.
Vemos en contraste que el asna, no está haciendo las cosas ni por burlarse de su amo, ni porque le venga en gana, sino que está siendole fiel. Balaam hubiera matado al asna si hubiera tenido espada, mas vemos que el ángel de Jehová, teniendo la espada en mano, no daña a Balaam, aún cuando este está descaradamente ignorando los deseos de su Señor para buscar su propio bien.

Vemos a continuación que Balaam va con el rey Balac y da instrucciones de que se preparen siete altares para hacer sacrificios. Aunque sabe que Dios no le va a dejar maldecir al pueblo, todavía quiere engraciarse con el rey de Moab.
Pero cuando llega la hora de pronunciar la maldición sobre el pueblo, Dios solo le da palabras de bendición.

Van seguidamente a otro monte a probar suerte de nuevo. ¡Quizás desde aquí podría cumplir el deseo del rey! Vuelven a levantar altares y realizar sacrificios, pero esta vez, como antes, solo se le permite a Balaam pronunciar bendición. El rey se está cansando de esto. El el 23:25 “Balac dijo a Balaam: Ya que no lo maldices, tampoco lo bendigas”.

“Balaam respondió y dijo a Balac: ¿No te he dicho que todo lo que Jehová me diga, eso tengo que hacer?
Y dijo Balac a Balaam: Te ruego que vengas, te llevaré a otro lugar; por ventura parecerá bien a Dios que desde allí me lo maldigas”.

¿Qué se proponían? ¿Estaban intentando torear a Dios? Una tercera vez vuelven a repetir los actos, y una tercera vez Dios le da bendición para su pueblo. Y después de esta tercera vez, pone en boca de Balaam maldición, pero para Moab, Edom y los pueblos de alrededor que estaban contra Dios.

Balaam había intentado burlarse de Dios. Había querido recibir el favor del rey, aunque esto significaba ir en contra de la voluntad de Dios.

Tristemente vemos unos capítulos más tarde, que Balaam eligió dejar a Dios para unirse a aquellos que le habían prometido el oro y la plata. Al no poder emitir maldición contra los de Israel, idearon otro plan, esta vez a través de
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Author David y Maribel
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