Perú acaba de hacer una reforma legal que permite cultivos personales y comunitarios de cannabis para uso medicinal.
Eso es novedoso en Perú donde hasta hace poco solo se permitía tener acceso al cannabis de grado "farmacológico", a través un puñado de cadenas de farmacias.
Un buen comienzo para Perú; pero no lo suficiente para permitir que miles de peruanos de escasos recursos económicos puedan tener su medicina; por lo precios que muchos califican de prohibitivos.
Pero la reforma no se movió sin fricciones y retrasos. Hubo gente que pujó y logró que el estamento legal peruano permitiera los cultivos personales y asociados.
Una de las protagonistas de la reforma fue Francesca Bivrio, paciente, emprendedora y activista cannabica en Perú, quien junto a otros convencidos y comprometidos con el cannabis medicinal han mantenido una lucha de larga intensidad para lograr los avances.
Periodista, actriz e hincha del Alianza Lima, dice que le cuesta hablar en público. "Tengo habilidades sociales; que es diferente", dice como si la salvedad le restara poder a esas palabras que han logrado mover gente y remover ideas para un cannabis de acceso medicinal universal.
Apoya que todos deben pasar por el consultorio médico antes de consumir cannabis. Lo del consumo adulto, dice es "opcional". "Lo que busco con el cannabis medicinal es que todos tengamos el derecho a intentar". Intentar, curarse con cannabis. Ella lo ha vivido en carne propia.
Con un diagnóstico que tiene una pronunciación retadora: "Mastosistosis Sistémica" y un par de otros diagnósticos extras en su haber, sabe que el intentar y descubrir el cannabis como medicina, le salvó la vida. Así de literal.
Cuando estaba en la TV sus tallas iban de 25-26, pero en el peor momento del inicio de su mal, la cantidad de esteroides que ingería la hincharon; es un fenómeno que en la jerga médica algunos lo conocen como efecto de "Cara de Luna", porque incha el rostro.
No podía leventar la mano y mantenerla en alto, recuerda. Tal era su precariedad. Pero luego del cannabis, todo comenzó a mejorar, comenzó a sentirse mejor, al grado de convercerse de que debía compartir su mejoría con la gente y hacer de ello y de ellos su causa. Luchar por el derecho de todos los peruanos a "intentar".
Luego de una carta abierta al presidente peruano Martín Viscarra y de meterle juicio a la ministra de Salud, ha dicho que si en algún momento debe ir a la carcel por la gente que se beneficia del cannabis en Perú, lo haría.
Lo suyo es cuestión de creer en lo que no se ve acerca de la legislación del cannabis. Es fé, pero no religiosa aún y cuando tiene tatuada a la Virgen de Guadalupe en uno de sus brazos y bello cuadro de la Guadalupana en su sala.
"No soy católica. Me gusta el budismo. Creo en la reencarnación", dice; y ojalá que lo crea hasta el cuetano, para verla batallar en mil vidas a favor del cannabis.