El secuestro y asesinato en noviembre de 1992 de Miriam, Toñi y Desirée, las tres jóvenes de Alcáser (Valencia) de entre 14 y 15 años violadas y torturadas hasta la muerte por el prófugo Antonio Anglés y su compinche Miguel Ricart -en libertad desde 2013-, mantuvo en vilo a España hasta que aparecieron sus cadáveres más de dos meses.