2 FEB 2021 · PEQUEÑECES. "No digáis que agotado su tesoro,/ de asuntos falta, enmudeció la lira./ Podrá no haber poetas, pero siempre /habrá poesía". ¡Quién se lo iba a decir a Homero! ¡Quién hubiera apostado entonces, en tiempos de épica, por que un cubo de basura iba a tener su gloria poética! Con la modernidad, con las vanguardias, todo se trastocó: Duchamp envió su urinario para una exposición (hoy es la obra de arte más influyente del siglo XX), un coche de carreras es más bello que la Victoria de Samotracia -proclamó Marinetti- y Alberti escribe un madrigal a un billete de tranvía ("Y no arde en ti la rosa ni en ti priva /el finado clavel, sí la violeta /contemporánea" [...]). Se inicia, pues, una carrera que seguramente esté a punto de terminar o de dar un giro. Ya no hay nada que nos sorprenda, nada es novedoso, todo es efímero y toda llega a su fin el mismo día que empieza. Además del hecho, en opinión del que esto escribe, de que cualquier estupidez puede venderse como genialidad: la llamas instalación, la sacas al mercado, conoces al primo de la novia de algún concejal... y ¡alehop!... eres un artista.
RAFAEL MORALES (1919-2005)
CÁNTICO DOLOROSO AL CUBO DE BASURA
(Canción sobre el asfalto, 1954)
Tu curva humilde, forma silenciosa,
le pone un triste anillo a la basura.
En ti se hizo redonda la ternura,
se hizo redonda, suave y dolorosa.
Cada cosa que encierras, cada cosa
tuvo esplendor, acaso hasta hermosura.
Aquí de una naranja se aventura
la delicada cinta temerosa.
Aquí de una manzana verde y fría
un resto llora zumo delicado
entre un polvo que nubla su agonía.
Oh, viejo cubo sucio y resignado,
desde tu corazón la pena envía
el llanto de lo humilde y lo olvidado.
Selección poética y comentarios: Manuel Rodríguez Espejo
Voz: Jesús Javier Pérez
Nota: En algunas de las ediciones consultadas el último verso del segundo párrafo aparece así: "La delicada cinta leve y rosa".