Settings
Light Theme
Dark Theme
Podcast Cover

Alicia Daenerys Desde mi interior

  • 10 Curiosidades sobre los búhos

    5 NOV 2016 · Feliz cumpleaños.
    3m
  • Marabunta

    29 OCT 2016 · “Marabunta” Alberto Ruy-Sánchez Cuando te miro me crece un ejército de hormigas. Avanza rumoroso por mis manos. Me estira la piel. Se anuncia, no me deja. Desde mis piernas respiran un aire diminuto, entrecortado. Desde el fondo de mi vientre presienten la obscuridad más húmeda del tuyo. Como un sol negro las hipnotizas. Te huelo y mis hormigas se trastornan, se tambalean. Te toco ¿o sueño que te toco? y corren enloquecidas. Desde el fondo de mi sangre apresuradas, sueñan que hunden sus dientes en tu carne, y en la mordida sienten tu parpadeo. Crece en el aire la anchura palpitante de labios largos entre tus piernas, enrojecidos. Tu más bella flor carnívora saborea sin cesar el paso tenaz demorado y repetido de todas mis hormigas. Adentro te descubro hecha de hormigas negras desquiciadas, tan necias como las mías. En el espejo doble de hambre y sed y sed y hambre que ilusamente llamamos nuestros cuerpos, tus hormigas y las mías, se topan boca a boca. Se reconocen o se imitan, se devoran o se extravían confundidas entre tantas hormigas tan mordidas.
    1m 43s
  • Poesía erótica del Siglo de Oro

    29 OCT 2016 · -¿Qué me quiere, señor ? -Niña, hoderte. -Dígalo más rodado. -Cabalgarte. -Dígalo a lo cortés. -Quiero gozarte. -Dígamelo a lo bobo. -Merecerte. -¡Mal haya quien lo pide de esa suerte, y tú hayas bien, que sabes declararte! y luego ¿qué harás ? -Arremangarte, y con la pija arrecha acometerte. -Tú sí que gozarás mi paraíso. -¿Qué paraíso ? Yo tu coño quiero, para meterle dentro mi carajo. -¡Qué rodado lo dices y qué liso! -Calla, mi vida, calla, que me muero por culear tiniéndote debajo.
    50s
  • Profecía

    28 OCT 2016 · Profecía ¯«Y me bendijo a mi mare; y me bendijo a mi mare. Diez séntimos le di a un pobre y me bendijo a mi mare. ¡Ay! qué limosna tan chiquita, qué recompensa tan grande. ¡Qué limosna tan chiquita, qué recompensa tan grande!» ¿A dónde vas tan deprisa sin desirme ni ¡con Dió!? Me puedes mirá de frente, que estoy enterao de tó. Me lo contaron ayer las lenguas de doble filo, que te casaste hase un mé y me quedé tan tranquilo. Otro cualquiera en mi caso, se hubiera echao a llorá, yo, crusándome de brasos dije que me daba iguá. Y ná de pegarme un tiro ni liarme a mardisiones ni apedrear con suspiros los vidrios de tus barcones. ¿Que t'has casao? ¡Buena suerte! Vive sien años contenta y a la hora de la muerte, Dios no te lo tenga en cuenta. Que si al pie de los artares mi nombre se te borró, por la gloria de mi mare que no te guardo rencor. Porque sin sé tu marío, ni tu novio, ni tu amante, yo fui quien más t'ha querío, con eso tengo bastante. _ _ _ -¿Qué tiene er niño, Malena? Anda como trastornao, tié la carilla de pena y el colorsillo quebrao. Y ya no juega a la tropa, ni tira piedras al río, ni se destrosa la ropa subiéndose a coger níos. ¿No te parese a ti extraño, no ves una cosa rara que un chaval de dose años lleve tan triste la cara? Mira que soy perro viejo y estás demasiao tranquila. ¿Quieres que te dé un consejo? Vigilia, mujé, ¡vigila! Y fueron dos sentinela los ojitos de mi mare. -Cuando sale de la escuela se va pa los olivare. -Y ¿qué busca allí? -Una niña, tendrá el mismo tiempo que él. José Migué, no le riñas, que está empesando a queré. Mi pare ensendió un pitillo, se enteró bien de tu nombre, te regaló unos sarsillos y a mí un pantalón de hombre. Yo no te dije "te adoro" pero amarré en tu barcón mi laso de seda y oro de primera comunión. Y tú, fina y orgullosa, me ofresiste en recompensa dos sintas color de rosa que engalanaban tus trensas. -Voy a misa con mis primos. -Bueno, te veré en la hermita. Y qué serios nos pusimos al darte el agua bendita. Mas luego en el campanario, cuando rompimos a hablar: -Dise mi tita Rosario que la sigüeña es sagrá, y el colorín, y la fuente, y las flores, y el rosío, y aquel torito valiente que está bebiendo en el río; y el bronse de esta campana, y el romero de los montes, y aquella línea lejana que la llaman... ¡horisonte! ¡Todo es sagrao: tierra y sielo porque así lo quiso Dió! ¿Qué te gusta más? -Tu pelo. ¡Qué bonito me salió! -Pues, ¿y tu boca, y tus brasos, y tus manos reonditas, y tus pies fingiendo el paso de las palomas suritas? Con la puresa de un copo de nieve te comparé; te revestí de piropos de la cabesa a los pié. A la vuerta te hise un ramo de pitiminí, presioso y a luego nos retratamos en las agüitas de un poso. Y hablando de estas pamplinas que inventan las criaturas, llegamos hasta tu esquina cogíos por la sintura. Yo te pregunté: -¿En qué piensas? Tú dijiste: -En darte un beso. Y yo sentí una vergüensa que me caló hasta los huesos. De noche, muertos de luna, nos vimos por la ventana. -¡Chssss! Mi hermaniyo está en la cuna, le estoy cantando la nana. ¯«Quítate de la esquina, chiquillo loco, que mi mare no quiere ni yo tampoco». Y mientras que tú cantabas yo, inosente me pensé que nos casaba la luna como a marío y mujé. ¡Pamplinas! ¡Figurasiones que se inventan los chavales! Después la vida se impone: tanto tienes, tanto vales; por eso, yo al enterarme que llevas un mes casá, no dije que iba a matarme, sino que me daba iguá. Mas como es rico tu dueño, te vendo esta profesía: tú, por la noche, entre sueños soñarás que me querías, y recordarás la tarde que mi boca te besó y te llamarás "¡cobarde!" como te lo llamo yo. Y verás, sueña que sueña, que me morí siendo chico y se llevó la sigüeña mi corasón en su pico. Pensarás: "no es sierto ná, yo sé que lo estoy soñando"; pero allá en la madrugá te despertarás llorando, por el que no es tu marío, ni tu novio, ni tu amante, sino el que más te ha querío. Con eso tengo bastante. Por lo demás, tó se orvía. Verás cómo Dios te manda un hijo como una estrella; avísame de seguía, me servirá de alegría cantarle la nana aquella: ¯«Quítate de la esquina, chiquillo loco, que mi mare no quiere ni yo tampoco». Pensarás: "no es sierto ná, yo sé que lo estoy soñando". Pero allá en la madrugá te despertarás llorando. Porque sin sé tu marío, ni tu novio, ni tu amante, yo soy... quien más t'ha querío... ¡Con eso tengo bastante!
    4m 56s
  • Muerto de amor

    28 OCT 2016 · Romance Yo me acerqué hasta tu vera con miedo, ¿por qué negarlo? En las sienes me latían cincuenta y dos desengaños; gris de paisaje en los ojos, risas sin sol en los labios, y el corazón jadeante como un pájaro cansado. Yo me acerqué hasta tu vera con miedo, ¿por qué negarlo? Te reventaba en la boca un clavel de veinte años y en la mejilla un süave melocotón sonrosado. Cuando dijistes: "Te quiero" fue tu voz igual que un caño de agua fresca en una tarde calurosa de verano. Se me echó encima el cariño lo mismo que un toro bravo y quedé sobre la arena muerto de amor y sangrando por cuatro bersos lentísimos que me brindaron tus labios. De la sien a la cintura, de la garganta al costado. ¡Qué boda sin requilorios sobre la hierba del campo! ¡Qué marcha nupcial cantaba el viento sobre los álamos! ¡Qué luna grande y redonda iluminó nuestro abrazo, y qué olor el de tu cuerpo a trigo recién cortado! El pueblo, a las dos semanas hizo lengua en los colmados, en las barandas del río, en la azotea, en los patios, en las mesas del casino y en los surcos del arado: "Un hombre que peina canas y que le dobla los años". Es cierto que peino canas pero en cambio, cuando abrazo soy lo mismo que un olivo, igual que un ciprés sonámbulo, Cristobalón de aguas puras que atraviesa el río a nado si ve en la orilla unos ojos o una boca hecha de nardos, para cortarle el suspiro con el calor de mis labios. Que me escupan en la frente, que me pregonen en bandos, que vayan diciendo y digan. Tú conmigo; yo a tu lado respirando de tu aliento, yendo al compás de tus pasos, refrescándome las sientes en la palma de tu mano. Centinela de tus sueños, hombro para tu descanso, Cirineo de tus penas Y San Juan de tu calvario para quererte y tenerte en la noche de mis brazos. ¡¿Qué importa que haya cumplido cincuenta y pico de años?¡ ¿En qué código de amores, en qué partida de cargos, hay leyes que determinen la edad del enamorado? En cariños no hay fronteras, ni senderos, ni vallados, que el cariño es como un monte con un letrero en lo alto que dice sólo: "¡Te quiero!" Y colorín colorado.
    2m 33s
  • Soneto I A la deriva

    27 OCT 2016 · Soneto I (Rafael de León) Decir "te quiero" con la voz velada y besar otros labios dulcemente, no es tener sed, es encontrar la fuente que nos brinda la boca enamorada. Un beso así no quiere decir nada, es ceniza de amor, no lava hirviente, que en amor hay que estar siempre presente, mañana, tarde, noche y madrugada. Que cariño es más potro que cordero, más espina que flor, sol, no lucero, perro en el corazón, candela viva... Lo nuestro no es así, a qué engañarnos, lo nuestro es navegar sin encontrarnos, a la deriva, amor, a la deriva.
    36s
  • Lady Macbeth

    16 SEP 2016 · Monólogo de Lady Macbeth Lady Macbeth.- Esta ronco el cuervo que anuncia con graznidos la fatal llegada de Duncan a mi castillo. ¡Espíritus, venid! venid a mí, puesto que presidís los pensamientos de muerte! Privadme ahora de mi sexo y llenadme de la más temible crueldad, desde la coronilla al pulgar del pie: espesad mi sangre ¡Que se bloqueen todas las puertas a la piedad! ¡Que no vengan a mí contritos sentimientos naturales a perturbar mi propósito cruel, o a poner tregua a su realización! ¡Venid hasta mis pechos de mujer y transformad mi leche en hiel, espíritus de muerte que por doquier estáis -esencias invisibles- al acecho de que Naturaleza se destruya!¡Ven, densa noche, ven y envuélvete en el mas maldito humo de infierno, para que mi agudo cuchillo no vea sus heridas, ni el cielo atisbe a través de las mantas de la tiniebla para gritar ¡basta, basta! Coro.- ¡basta, basta! ¡Detente! Lady Macbeth. (Llega Macbeth). ¡Noble señor de Glamis y de Cáudor, aún más ilustre que uno y otro por la profética salutación de las hechiceras! tu carta me ha hecho salir de lo presente, y columbrar lo futuro, y extasiarme con él. Macbeth. - Esposa mía, esta noche llega…. Lady Macbeth. - ¿Y cuándo se va? Macbeth. - Dice que mañana. Lady Macbeth. – ¡Nunca habrá de ver el sol ese mañana! Tu rostro Barón mío, es como un libro donde el hombre puede leer extrañas cosas. Para engañar al mundo, toma del mundo la apariencia; pon una bienvenida en tu mirada y en tus manos y lengua; procúrate el inocente aspecto de la flor pero sé tú la víbora que oculta. Habremos de atender al que ha de venir y tendrás que dejar que sea yo quien se ocupe esta noche de nuestro gran proyecto que dará a nuestros días venideros y a todas nuestras noches absoluto dominio soberano, y el poder.
    2m 33s
Information
Author Alicia Rainbow
Categories Society & Culture
Website -
Email -

Looks like you don't have any active episode

Browse Spreaker Catalogue to discover great new content

Current

Looks like you don't have any episodes in your queue

Browse Spreaker Catalogue to discover great new content

Next Up

Episode Cover Episode Cover

It's so quiet here...

Time to discover new episodes!

Discover
Your Library
Search