Junto a las efigies de Marx, Engels, Lenin y los precursores del Socialismo en nuestra Patria, la profunda mirada de José Martí iluminaba la tribuna del Primer Congreso del Partido Comunista de Cuba, hace más de cuatro décadas.
En plena guerra fría, bajo la amenaza yanqui y ante la creciente cooperación con la Unión Soviética y el campo socialista europeo, proclamar a Martí en el Congreso de los comunistas cubanos constituía una rotunda reafirmación de independencia.