* ¿Hombres machistas u hombres afeminados? Son en realidad dos extremos de un péndulo, y no hay por qué caer en la trampa de los extremos.

* La verdadera masculinidad no es acomplejada pero tampoco intimidante. No es agresiva pero tampoco frágil. No es la mente de un dictador pero sí incluye la capacidad de pronunciarse con claridad y con razones sobre lo bueno y sobre lo malo.

* El gran punto de referencia es el mismo Jesucristo, varón perfecto, líder único y bendito, que muestra que servir, crear bien en los demás, es el verdadero camino para ser varones al modo de Dios.