Ya sea en unas vacaciones cortas o largas, es muy importante elegir bien la persona con la que se viaja. Hay amigos que han vuelto cada uno por su lado, hermanos que se han distanciado y parejas que se han separado. Y ojo… no es fácil encontrar a una persona que quiera lo mismo que tú en viaje donde, las experiencias a veces son muy intensas, se pasa mucho tiempo juntos y “no te puedes escapar”. Nosotros tenemos dos puntos de partida claves:

-- encontramos la fuerza que necesitábamos en el otro para lanzarnos a viajar.
-- Hicimos un primer viaje de prueba.

Cómo no atravesar el punto de no retorno:

-- Es importante partir de una base relativamente “cercana” en cuanto a la forma de viajar y el viaje en sí.
-- Llegar a acuerdos. Cada uno tiene sus intereses en el viaje: negociar destinos, experiencias, etc.
-- Hablar los problemas antes de que se enquisten. Si se discute, se arregla cuanto antes.
-- Darse respiros aunque sean pequeños.

Cada forma de viaje tiene sus ventajas y desventajas. Ventajas que para nosotros tiene el viaje en pareja:

-- tienes a alguien al lado con quien compartir esos momentos únicos e irrepetibles que poder recordar dentro de unos años.
-- Tienes un complemento a tus carencias en viaje.
-- Tienes un cómplice y eso puede ser muy interesante: poli bueno poli malo, etc. Se pueden conseguir cosas diferentes: confianza que ofreces por no ser un hombre solo y viajar en pareja (aún más con niño).
-- Viajando en pareja tienes sexo asegurado… y sobre todo, amor. Alguien que te cuida y se preocupa por ti.
-- En caso de viaje largo, tienes a alguien que te recuerda siempre quién eres y de dónde vienes. Hay gente que se vuelve muy loca.