Hoy la música, tanto grabada como en vivo, implica la utilización de enormes recursos. El presupuesto de un concierto de tamaño medio en un país como España, pudiera implicar una cifra alrededor de 100 mil dólares por lo que quienes se involucran en el negocio deberán obtener dividendos por encima de esa cifra. La música de hoy es un problema de inversiones de capital y ganancias.