Los diagnósticos negativos debemos verlos como invitaciones a tomar una actitud constructiva.

Por dónde deben empezar los cambios en nuestra sociedad? Hay diversas respuestas: en la infancia, en la juventud, en la familia ya constituida. La verdad es que todos tenemos que aprender y la tarea de renovación de la familia y la sociedad puede y debe empezar en todos.

Grandes temas para aprender:

+ Hombres y mujeres
+ La dignidad de toda vida humana
+ Pensamiento crítico sobre la construcción de la sociedad
+ Grandeza y belleza del conocimiento y dominio de uno mismo
+ Enseñanza de la iglesia sobre la persona, la pareja y la familia

El amor no debe ser una abstracción, un ideal lejano o una simple palabra sino una realidad cotidiana, conocida y vivida en cada etapa de la vida:

+ Escuchar.
+ Dar tiempo.
+ Mostrar capacidad de dar e incluso de perder algo por la otra persona.
+ Acoger en tiempos de devastación.
+ Construir soluciones junto con la otra persona.
+ Compartir momentos duros y también alegrías.
+ Enseñar, acompañar procesos, hacer camino con el otro.
+ Expresar el afecto de un modo proporcionado y puro a través de nuestro cuerpo.
+ Entender las equivocaciones y no quedarse dando vueltas alrededor de ellas.
+ Dar la certeza del afecto y apoyo más allá de la distancia y el tiempo.