Me parece curioso, la urgencia que tienen muchos padres en que sus hijos compartan. No es el mundo, en muchas ocasiones, una muestra de generosidad y altruismo, pero no queremos que nuestros hijos sean unos egoístas. ¿Pero cómo podemos enseñar a compartir de un forma respetuosa?
Sé que eres una persona ocupada, por lo que puedes leer este post ahora o escucharlo cuando te vaya mejor en el capítulo 10 del podcast "Camino a Zensei".
Cuando Alan era pequeño nos resultaba a veces incomodo ir al parque porque había una situación que se repetía sistemáticamente una y otra vez. Y es que, era entrar en el parque de arena y si había otro niño jugando con sus juguetes, su padre o madre se apresuraban a quitárselos para dejárselos a Alan. Evidentemente se ponía a llorar, y daba igual lo que nosotros dijéramos, la frase siempre era la misma: "Tiene que aprender a compartir".
¿Pero realmente un niño puede aprender a compartir si su padre o madre le quitan sus objetos más preciados?
Pedirle a un niño que comparta algo que es suyo es forzarle a compartir una parte de sí mismo. Creamos un vínculo energético con los objetos, y que tus padres te arranquen de las manos algo que es tuyo para dejárselo a otro, te coloca en un lugar absurdo donde nada tiene sentido.
Los menores de dos años juegan a menudo con niños que casi no conocen, por lo que no van a tener la confianza necesaria para dejarle algo que aprecian. Tanto los niños como los adultos necesitamos crear un espacio de confianza y esto difícilmente puede suceder con un niño que acaba de conocer en el parque. ¿Nosotros, como adultos, compartimos nuestro móvil, nuestro coche o nuestra casa? Evidentemente no lo vamos a hacer con la primera persona que se cruza con nosotros en la calle. Pero quizá sí con alguien que conocemos bien y le tenemos la confianza necesaria.
Que tus padres te arranquen de las manos algo que es tuyo para dejárselo a otro, te coloca en un lugar absurdo donde nada tiene sentido.
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Tenemos que tener en cuenta también la edad, ya que esto también va a ser un factor. A partir de los 18 meses empiezan a tener conciencia de sí mismos y pueden tener aún dificultades para relacionarse con otros niños. Socializar es un proceso que va a llevar un tiempo y en el que tienen que aprender donde están los límites del yo y del tú. A medida que vayan creciendo les resultará más fácil empatizar y entender las emociones de otros niños y la necesidad de formar parte de un grupo, e integrarse también será un aliciente.
Cuando tu hijo o hija es el que no comparte.
Nos podemos encontrar en la situación en la que nuestro hijo es el que tiene los juguetes y no los quiere compartir. Intentas mirar para otro lado, cruzando los dedos para que no se dé el momento de tensión, pero al final siempre llega. Y es que con Alan nos ocurrió muchas veces, no quería compartir sus juguetes y nosotros se lo queríamos respetar. Y es aquí donde te puedes sentir mal, quizá juzgado por los otros padres, porque no le decíamos nada a nuestro hijo y tampoco le obligábamos a compartir. Con el tiempo aprendimos a lidiar con este tipo de situación y podíamos decir tranquilamente "Es que todavía no está preparado para compartir sus juguetes".
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