Hoy escucharemos a un compositor no tan conocido, Anton Reicha. Fue un compositor nacido en la república Checa, educado en Baviera y luego naturalizado en Francia. Amigo de toda la vida de Beethoven, es mejor recordado por sus contribuciones a la literatura de quintetos de viento y su papel como maestro de alumnos como Franz Liszt, Hector Berlioz y César Franck. Fue un teórico consumado y escribió varios tratados sobre diversos aspectos de la composición. Parte de su trabajo teórico versó sobre métodos experimentales de componer, que aplicó en una variedad de obras como fugas y estudios para piano y cuarteto de cuerdas.

Escucharemos el cuarto de sus seis quintetos Op. 88, que compuso durante su estancia en París, donde compuso una serie de 24 quintetos para vientos (flauta, oboe, clarinete, corno y fagot). Todas son creaciones de cuatro movimientos, que se basan en el lenguaje tonal y gestual de Mozart y Haydn, con algo del impulso de Beethoven en la parte más rápida.

Reicha era flautista y por eso conocía los entresijos de la escritura de instrumentos de viento y logró componer con un estilo que se adaptaba a sus intérpretes y aprovechaba al máximo el carácter de los cinco instrumentos. Como era de esperar, la flauta a menudo toma la iniciativa, aunque todos los instrumentos brillan por si mismos, con algunos pasajes notablemente complejos para el fagot, e incluso el corno tiene más que hacer que simplemente proporcionar un anclaje armónico. Los minuets son de hecho scherzos en todo menos en el nombre y cada quinteto se abre con una introducción lenta.