Decimos que en español se escribe como se pronuncia, y no es del todo cierto. La be y la uve son un claro ejemplo: un solo sonido y dos letras para transcribirlo. ¿Por qué sucede?
En el vídeo de esta semana en #sacolalengua hablo del origen de este problema, de por qué se decidió que unas palabras llevaran be y otras uve y de por qué los que se empeñan en hacer un sonido fricativo para la uve están intentando mantener un sonido que se extinguió a final de la Edad Media, entre otras cosas.