En el programa Chayo Contigo la Dra. Rosario Busquets nos platica de:

Soy una mujer de 35 años, ama de casa, y el problema es que no me gusta jugar con mi hijo de 3 años. Esto me causa mucha culpabilidad porque lo amo, pero cada que tengo tiempo libre después de hacer el quehacer y la comida para estar con él me aburro. No tengo imaginación, no le tengo paciencia, cabe mencionar que no tengo nada de tiempo para mi. Ayúdame por favor, quiero que mi hijo tenga una infancia bonita, pero no sé cómo dejar de sentir eso.
Los papás no se van a sentir completamente cómodos durante el crecimiento de sus hijos. Hay papás que tienen mucho más facilidad de tratar con hijos pequeños que con hijos adolescentes. Hay papás que se sienten mucho más fácilmente relacionándose con chicos que ya no son tan chiquitos, pero que todavía no son adolescentes, que están entre los 7 y los 11 años, y sienten que fluyen, que las cosas no las tienen que pensar, que pueden ir llevando la temática de una manera apropiada, y que no tienen que estar diseñando estrategias. Hay papás que dicen que la etapa adolescente es muy complicada... Es importante cuidar la manera en la que interactúas con tu hijo para evitar tantos errores. Dada la responsabilidad que adquiriste al ser padre o madre de familia, es que necesitas poner cuidado y hacer las cosas con cuidado, porque la educación tiene que ser firme, pero también cuidadosa.
Tengo 15 años, mi hermano 7. Soy una persona de carácter fuerte, no me gustan los abrazos, las cosquillas ni las demostraciones de afecto, porque mis padres no me han enseñado a darlas ni a recibirlas, pero dejando esto de lado, tengo un hermano de 18, él en toda mi vida, nunca me ha pegado, ni siquiera en forma de juego, ni me ha ofendido de ninguna forma, sin embargo, el menor sí, aunque estemos jugando el llega a pegarme y para su edad tiene mucha fuerza. Mis padres nunca le han puesto un alto en ese aspecto y yo he llegado a responder a sus golpes, pero al ser yo mayor, el regaño va hacia mi. El otro día se le ocurrió que sería una buena idea hacerme cosquillas, me tiró al suelo y de alguna forma yo no podía moverme. Le grité a mis papás y a mi hermano mayor para que me lo quitaran de encima porque no me gustaba y yo no quería, pero nadie hizo nada. Tuve que buscar la manera de yo quitármelo de encima yo misma, los demás no hicieron nada al respecto. Esa situación me puso a pensar, ¿y si hubiera sido un primo o un tío tratando de hacerme algo peor que unas simples cosquillas, tampoco hubieran hecho nada? Me preocupa que por el hecho de ser familia no tomen cartas en el asunto y me preocupa la educación que está recibiendo mi hermano menor.
Tengo 33 años y un mal matrimonio en muchísimos aspectos. Con mi mamá tengo mucha comunicación y apego. Ella dice que piensa que a cada rato le mando mensajes o la llamo por falta de amor de mi esposo, pero en realidad yo pienso que lo hago porque me gusta saber cómo está ella y platicar. ¿Tiene razón ella o yo?
¿Qué haríamos si no tuviéramos los problemas que tenemos? Mucha gente piensa que hay realidades imposibles de cambiar, pero no estaría mal imaginarse de vez en cuando el escenario en el que los obstáculos han desaparecido.