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Evangelios-015 Juan el Bautista es apresado

Evangelios-015 Juan el Bautista es apresado
Jan 26, 2024 · 6m 54s

El evangelista que más datos de contexto histórico aporta a los acontecimientos bíblicos es Lucas. Este suele incluir fechas y gobernadores del momento, haciendo más fácil de conectar con los...

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El evangelista que más datos de contexto histórico aporta a los acontecimientos bíblicos es Lucas. Este suele incluir fechas y gobernadores del momento, haciendo más fácil de conectar con los datos históricos extrabíblicos. En el capítulo 3 de dicho evangelio leemos que César era el emperador romano, Pilato el gobernador de Judea y Herodes era tetrarca de la región de Galilea. Nos narra Lucas que eran sumos sacerdotes Anás y Caifás cuando Juan el Bautista predicaba en la región del Jordán en Galilea, enfatizando la importancia del arrepentimiento para el perdón de pecados.
Juan el evangelista, en el capítulo 4 nos cuenta que los discípulos de Juan en Bautista, al ver que Jesús había iniciado su ministerio y que la gente venía a él, habían ido a Juan Bautista, diciendo: “Rabí, mira que el que estaba contigo al otro lado del Jordán, de quien tú diste testimonio, bautiza, y todos vienen a él.” (4:26)

En los siguientes versículos, Juan les había contestado claramente: “Vosotros mismos me sois testigos de que dije: Yo no soy el Cristo, sino que soy enviado delante de él.
El que tiene la esposa, es el esposo; mas el amigo del esposo, que está a su lado y le oye, se goza grandemente de la voz del esposo; así pues, este mi gozo está cumplido. Es necesario que él crezca, pero que yo mengüe” (Juan 4:28-30).
Este precioso testimonio de Juan el Bautista dejaba claro que entendía que Jesús era el Cristo, y que él se regocijaba de ver que aquel al que Dios enviaba crecía. El propósito de Juan era que Cristo fuera ensalzado y él estaba dispuesto a menguar y salir del foco público.

Sus discípulos debieron entender también que Jesús era sin duda el enviado, ya que vemos que algunos de estos, Andrés y Simón Pedro mencionados específicamente, eran discípulos de Juan que comenzaron a seguir a Jesús.

Juan daba el mensaje del arrepentimiento dondequiera que fuera y a quienquiera que estuviera delante de él. A los publicanos que venían a él y se bautizaban, les mandaba que no exigieran más de lo que estaba estipulado en la ley, ya que estos tenían costumbre de recaudar extra para ellos mismos. A los soldados que se arrepentían y se convertían, les decía que no extorsionaran ni calumniaran, sino que se contentaran con su salario. Y así enseñaba a aquellos que venían a él a que después del arrepentimiento vivieran una vida diferente a la que habían vivido hasta entonces. El arrepentimiento debía llevar fruto de justicia.

Nos narra Lucas que Juan había reprendido a Herodes el tetrarca “a causa de Herodías, mujer de Felipe su hermano, y de todas las maldades que Herodes había hecho” (3:19). Herodes había tomado a su cuñada, mujer de su hermano Felipe, tetrarca de otra provincia, y vivía con ella. Juan le había advertido que lo que hacía iba en contra de la moralidad de Dios, y que debía arrepentirse y hacer lo correcto. Herodes, molesto con la reprensión pública de Juan, tomó a este y lo puso en la cárcel. Según narra también Mateo 4, todo esto ocurrió justo durante el comienzo del ministerio de Jesús, probablemente mientras este estaba en la región de Judea como hemos leído ya. Marcos 1:14-15 nos dice: “Después que Juan fue encarcelado, Jesús vino a Galilea predicando el evangelio del reino de Dios, diciendo: El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado; arrepentíos, y creed en el evangelio.”

Juan no dejó de hablar la verdad y seguir el ministerio de Jesús. Leemos que sus discípulos fueron a Jesús preguntando si este era ciertamente el que esperaban, lo cual Jesús confirmó (Mateo 11, Lucas 7).

Cristo, como vemos en Juan 5, tuvo que defender ante los fariseos que su autoridad venía directamente del Padre. Y lo apoyaría con las señales milagrosas que hacía. Mas su mensaje era claro y sencillo.

Juan 4:36 nos deja testimonio de lo que Juan el Bautista también entendía: “El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él.”

La vida eterna estaba en Cristo, el Hijo enviado. Aquel que arrepentido creyera en Cristo, obtendría la vida eterna. El que rehusara el testimonio del Cristo experimentaría la ira de Dios.

Herodes entendió bien este mensaje, y ofendido por la reprimenda, puso a Juan en la cárcel. Este mensaje es aún vigente, hasta el día de hoy. El que responde como Herodes no puede experimentar perdón, pues insiste en continuar su vida sin Dios. El que humildemente se arrepiente y sigue a Cristo, recibirá perdón de pecados y la vida eterna. Gracias a Dios por un mensaje claro y eficaz.
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Author David y Maribel
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