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Éxodo-016 ¿Quién está por Jehová?

Éxodo-016 ¿Quién está por Jehová?
Jan 23, 2023 · 8m 25s

“Y dio a Moisés, cuando acabó de hablar con él en el monte de Sinaí, dos tablas del testimonio, tablas de piedra escritas con el dedo de Dios.” 31:18 Pasados...

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“Y dio a Moisés, cuando acabó de hablar con él en el monte de Sinaí, dos tablas del testimonio, tablas de piedra escritas con el dedo de Dios.” 31:18

Pasados tres meses de la huída de Egipto, el pueblo de Israel habían llegado a la base del monte Sinaí. Leemos en Éxodo 19 que ahí Dios habla con Moisés y le expone el pacto que quiere hacer con el pueblo de Israel. Esto deriva de la promesa de Dios a Abraham. Dios dice: “ si guardareis mi pacto, vosotros seréis mi especial tesoro” y dice “me seréis un reino de sacerdotes, y gente santa.” ¡Qué precioso pacto!

Dice en el versículo 8 que el pueblo se comprometió a obedecer diciendo: “Todo lo que Jehová ha dicho, haremos.”

“Entonces Jehová dijo a Moisés: He aquí, yo vengo a ti en una nube espesa, para que el pueblo oiga mientras yo hablo contigo, y también para que te crean para siempre.” 19:9

Dios mismo hablaría a todo el pueblo para darles las ordenanzas que tendrían que cumplir. Para ello tendrían que santificarse todos, pues para estar en la presencia del Dios santo no debía haber corrupción. Dios les da tres días para consagrarse.

Leemos en Exodo 19:10: “Aconteció que al tercer día, cuando vino la mañana, vinieron truenos y relámpagos, y espesa nube sobre el monte, y sonido de bocina muy fuerte; y se estremeció todo el pueblo que estaba en el campamento.”

Con el pueblo situado a la base del monte, y Moisés más adelantado, Dios habla para darles los diez mandamientos a su pueblo.

“Todo el pueblo observaba el estruendo y los relámpagos, y el sonido de la bocina, y el monte que humeaba; y viéndolo el pueblo, temblaron, y se pusieron de lejos. Y dijeron a Moisés: Habla tú con nosotros, y nosotros oiremos; pero no hable Dios con nosotros, para que no muramos.” Éxodo 20:18-19

Moisés respondió al pueblo: “No temáis; porque para probaros vino Dios, y para que su temor esté delante de vosotros, para que no pequéis.” Éxodo 20:20

Moisés les está diciendo: Dios se ha mostrado en su poder para que viendo su grandeza no penséis en pecar. Es decir, miedo a Dios solo lo debe tener el que peca, mas el que le sigue no debe temer Su grandeza; más bien debe sentirse seguro en Su grandeza.

Moisés sube solo adonde está el Señor, el cual le da este mensaje para su pueblo:
“Así dirás a los hijos de Israel: Vosotros habéis visto que he hablado desde el cielo con vosotros. No hagáis conmigo dioses de plata, ni dioses de oro os haréis.” 20:23

Dios también le da muchas leyes específicas para el pueblo. Muchas son sobre la organización de su sociedad, y otras, aplicaciones de los diez mandamientos en la vida diaria del pueblo. Le da las instrucciones para las diferentes celebraciones que observarían, y les asegura que el Angel del Señor les acompañará hasta que lleguen a la tierra prometida.

Moisés vuelve con el pueblo para comunicarles todo lo que Dios ha dicho, escribiendo todas las palabras, y nos vuelve a decir el texto que “todo el pueblo respondió a una voz, y dijo: Haremos todas las palabras que Jehová ha dicho.” 24:3 Y sellaron el pacto con sacrificios. El pueblo de Dios se había comprometido a cumplir los mandamientos y leyes que Dios había establecido.


Una vez más, vemos que Moisés sube al monte con Josué mientras Aarón y los ancianos se quedan atrás. Esta vez, Moisés debe esperar 6 días en la nube antes de ver al Señor. Al séptimo día, Moisés va ante la presencia del Señor, donde pasará los próximos 40 días y noches. Nos dice que el pueblo lo veía desde abajo como un fuego abrasador.

Es durante este tiempo que Dios le da a Moisés los planos para la construcción del Tabernáculo, lugar que Dios llenaría con Su presencia.

Sin embargo, mientras Moisés está en el monte Sinaí, el pueblo se pone impaciente. No mucho más de un mes ha pasado desde que Moisés subió a recibir el contrato que ellos han aceptado con Dios, y dudan de si Moisés aún vive. El pueblo se queja a Aarón y le piden un ídolo para adorar—Una representación de Dios. ¡Tenían la presencia de Dios ahí mismo, en la cima del monte Sinaí! Y además la promesa de que los acompañaba se Angel, pero eso no les pareció suficiente. Querían algo que pudieran ver y tocar.

Dios acaba su tiempo con Moisés avisándole de la rebeldía del pueblo. Le dice que es un pueblo duro de cerviz, al cual Él podría destruir por su pecado y crear una nueva nación del mismo Moisés. Aquí vemos a Moisés suplicando que no destruya al pueblo, ya que ellos son parte del pacto de Dios con Abraham, y destruirlos haría que los otros pueblos hablaran mal de Dios.

Sin embargo, Moisés mismo se enfurecería con el pueblo al llegar al campamento, como leeos en Éxodo 32:19-20
“aconteció que cuando él llegó al campamento, y vio el becerro y las danzas, ardió la ira de Moisés, y arrojó las tablas de sus manos, y las quebró al pie del monte. Y tomó el becerro que habían hecho, y lo quemó en el fuego, y lo molió hasta reducirlo a polvo, que esparció sobre las aguas, y lo dio a beber a los hijos de Israel.”


25-26: “Y viendo Moisés que el pueblo estaba desenfrenado, porque Aarón lo había permitido, para vergüenza entre sus enemigos, se puso Moisés a la puerta del campamento, y dijo: ¿Quién está por Jehová? Júntese conmigo”

Se unieron a él los hijos de Leví. Estos eran la tribu que servía como sacerdotes. Ellos eran los únicos que estaban indignados con la acción del pueblo. Y ellos fueron los que trajeron el juicio sobre los hombres que habían pecado contra Dios.


Este triste suceso muestra lo fácil que es para las personas desviarse de su compromiso con Dios. Estos eran el pueblo que había dicho que harían todo lo que Dios dijera, y cuando pasan por un tiempo de incertidumbre, se montan su propia imagen de Dios y a este sirven de la manera que a ellos les da la gana.

Muy similar a muchos que hoy en día dicen que creen que hay un Dios, pero adoran a sus propias creaciones, sean imágenes físicas de Dios o ideas que se hacen en sus mentes. Actúan como los que abiertamente rechazan a Dios, y vemos que la santidad de Dios no puede habitar con el pecado de rebelión e idolatría.

Amiga que escuchas hoy, Dios ha hablado. Su Palabra es la Biblia. Si quieres servir a Dios, has de hacerlo según Él ha comunicado por su Palabra, así que haces bien en leerla y escucharla. Que no nos engañemos creyendo que a Dios se le sirve según uno quiera. Dios nos dice en Juan 14:15

“Si me amáis, guardad mis mandamientos.” ¿Le amas?
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Author David y Maribel
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