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2Samuel-077 El Mesías, Linaje de David

2Samuel-077 El Mesías, Linaje de David
Apr 26, 2023 · 6m 48s

David era, como se había profetizado, de la tribu de Judá, y de su linaje saldría el Mesías, el Rey eterno. Dios le confirma el pacto en el capítulo 7,...

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David era, como se había profetizado, de la tribu de Judá, y de su linaje saldría el Mesías, el Rey eterno. Dios le confirma el pacto en el capítulo 7, cuando David propuso construir casa a Jehová.

David había llegado a un estado de paz con el enemigo, y ahora quería hacer un templo para el arca de Dios. Mas vemos que Dios le recuerda que Él no ha pedido casa para sí. Dios mismo le dice que hará casa a David. Mas no hablaba de una casa física.

El profeta Natán dio estas palabras de Dios al rey David: “Jehová te hace saber que él te hará casa. Y cuando tus días sean cumplidos, y duermas con tus padres, yo levantaré después de ti a uno de tu linaje, el cual procederá de tus entrañas, y afirmaré su reino. El edificará casa a mi nombre, y yo afirmaré para siempre el trono de su reino.” (2 Samuel 7:11-13)

Las palabras de Natán el profeta confirmaban que el linaje de David continuaría, y que tendría un hijo que sería rey. No era ninguno de los que ya habían nacido, sino que estaba aún por nacer. Este sería Salomón, el cual durante su reinado edificaría templo a Jehová. Aunque esta profecía incluía a la descendencia próxima de David, aquel cuyo reino sería afirmado eternamente sería el Mesías Salvador del mundo. Este nacería de la descendencia de David siglos más tarde, cuando ya no había rey de la familia de David en el trono.

Mas tarde, en 2 Samuel 23:3-5 leemos lo siguiente, las últimas palabras de David:

“El Dios de Israel ha dicho, Me habló la Roca de Israel: Habrá un justo que gobierne entre los hombres, Que gobierne en el temor de Dios. Será como la luz de la mañana, Como el resplandor del sol en una mañana sin nubes, Como la lluvia que hace brotar la hierba de la tierra. No es así mi casa para con Dios; Sin embargo, él ha hecho conmigo pacto perpetuo, Ordenado en todas las cosas, y será guardado, Aunque todavía no haga él florecer Toda mi salvación y mi deseo.”

David reconoce que Dios ha bendecido su casa, mas hay una bendición por venir aún más grande. Cristo, la luz del mundo, la estrella de la mañana, habría de venir a salvar al mundo.

Nos dice Filipenses 2 que Cristo dejó su reino en el cielo para venir a la tierra. Y mientras estuvo aquí no moró en casa de rey, aunque Él era el rey eterno. Al acabar su misión de salvar al mundo tras morir en la cruz y resucitar en gloria, volvió a su hogar celestial, mas dejó al Espíritu Santo, el cual nos dice que mora en nuestros corazones. Hace referencia al tabernáculo, a la tienda en la que habitó la gloria de Dios por el desierto y hasta que Salomón, hijo de David, fuera escogido para construir un templo al Señor.

David no construiría casa para Dios, porque Dios había decidido habitar en el arca durante más tiempo. Así ahora el espíritu de Dios mismo escoge muestro cuerpo mortal, temporal como un tabernáculo, para mostrar Su gloria y poder. Dios reina en los cielos y su reino es eterno, mas ofrece morar en nuestros corazones mientras pasamos aquí en la tierra. Él está edificando morada para nosotros, una morada eterna, y como David, podemos regocijarnos en que no es lo que nosotros podemos hacer por Dios, sino en lo que Él ya ha hecho por nosotros, y lo que quiere hacer en nosotros.

Filipenses 2 nos dice a nosotros: “Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.”

Llegará el día en que moraremos con Él en gloria, pero ahora, aquí en la tierra, ¿está morando el Espíritu de Cristo en tu corazón? ¿Has doblado tu rodilla ante aquel que dejó todo para venir a ofrecerte vida en Él? ¿Confiesas a Jesucristo como Señor? Todos lo harán tarde o temprano, mas no todos para salvación. Mas aquellos que lo hagan aquí en vida, vivirán con Él eternamente. ¿Crees esto?
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Author David y Maribel
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