Jesús no está interesado en simpatizantes.
Esta reflexión nos ayuda comprender la importancia de ser un seguidor de Jesucristo y no meramente un religioso que simpatiza o admira desde la distancia a Jesús. Somos soldados espirituales del Reino del Señor, y no nos conformamos a las normas de este mundo caído. Nuestros valores y principios son celestiales y no terrenales.