Por años nos han enseñado que primero estaba el tener para poder ser! para ser una persona libre por ejemplo, debía tener un buen pasar económico, para eso tenía que estudiar y tener un título, par luego tener un trabajo que me permitiera tener esa economía que tanto que anhelaba, luego para sentirme bien tenía que tener la casa propia, y luego tener una mujer que me acompañe para encontrar la Felicidad junto a una persona, y que luego tenía que tener hijos, y luego que mis hijos crecieran para así poder disfrutar de mí tiempo libre... Y así la lista puede ser enorme. Seguramente esto te habrá hecho pensar en alguna situación donde estabas esperando tener algo para poder ser aquello que querés ser. Jim Carrey dijo una vez, ojalá que todos que quieran éxito y dinero lo consigan, así se dan cuenta que ese no es el camino. Y basta ver cuántas personas que teniendo todo, no tenían nada, porque por dentro estaban vacíos. Hay cientos de personas que nos lo demostraron que tener no es la receta. Entonces es tiempo de que cambiemos ésta creencia o modelo de vida para sentirnos realizados o vivos en la vida. Y porque digo que es hora de cambiar, porque con esos modelos impuestos, nos la pasamos haciendo, haciendo y haciendo cada vez más y más y más y nunca llegamos a eso que tanto esperamos para poder ser felices, libres, auténticos, y disfrutar de la vida y de las cosas que nos brinda. Y que pasa cuando el resultado no es el esperado, no es el resultado que tanto queríamos, y ¿Por qué no obtenemos el resultado que queremos? ¿Cuáles son los factores que limitan mis resultados? Y éstas pregunta nos remite al hacer, a nuestro modo de hacer las cosas, nuestro accionar que seguramente tendremos mil explicaciones para responder, por ejemplo que el otro o la otra, que mí madre, que mí papá, que mí jefe y lo otro y así muchas explicaciones que parecen explicaciones pero no lo son, esas son justificaciones enmascaradas de explicación que lo único que logramos es darnos un relajante que nos deje un poco más tranquilos, sintiendo frustración y resignación por los resultados que tenemos pero al menos un poco más tranquilos sabiendo que tenemos un relato que nos sirve para justificar el porque hacemos lo que hacemos. Pero también hay otra respuesta a la pregunta ¿Porque obtengo ese resultado? Y otra respuesta muy diferente muy diferente a lo anterior es: ¿Que hice qué no debo hacer? o ¿qué no estoy haciendo que puedo hacer? Y ahí aparece una puerta que se llama aprendizaje. Y en ese umbral para mí es genial porque hay cosas que puedo aprender de otras personas, aprender nuevas técnicas, aprender nuevas formas de hacer, otra manera de accionar, y con estas nuevas acciones que aprendí puedo lograr otros nuevos resultados muy diferentes a los de antes. Ahora ¿Que pasa cuando hacemos lo que hacemos, y sentimos que dimos todo y aún así no alcanza? ¿Que nos pasa? ¿Cómo nos sentimos? Seguramente te habrá pasado decir o escuchado decir: ya no se más que hacer. Ya hice todo lo que está a mí alcance, ya di todo, ya no tengo más nada...
Las escuchaste? Te ha pasado? Seguramente que si.
Y no es que no quieras sino es que no podes y no son los otros, es lo que haces vos y como respondes a lo que los otros hacen. Y esto nos lleva a pensarnos y reflexionar sobre nosotros mismos, hacia uno mismo como persona, cómo individuo y ser humano que somos, al tipo de observador que estamos siendo, el observador que hace las cosas, ya que desde ese ser que estamos siendo, que interpretaamos, hacemos juicios hacía las personas, hacía la vida y con ellos damos significados y sentidos a todo los que nos rodea. Luego diseñamos, planificamos y hacemos.
Entonces el trabajar sobre el hacer ya no me es suficiente porque me sabe a poco, y para que haya un cambio radical, un cambio transformador es el observador, tenemos que ir a la fuente, a la raíz. Examinar sus creencias, sus juicios, que sostienen esos juicios, cuáles son sus conversaciones subyacentes atrás de los juicios, que historia es la que se cuenta, cuáles son los relatos justificativos que mantienen esas creencias, revisar sus valores, explorar ese ser que está inmerso y hasta oculto atrás del hacer para obtener eso que tanto quiere. Y cuando nos damos cuenta de este mundo inmerso del ser, es cuando nos damos la capacidad de transformarnos y de despertar desde un nivel de conciencia superior para que nuestro accionar y nuestras acciones sean sanas para uno mismo y para los otros. Para que a pesar de los resultados, nos sintamos satisfechos con nuestro accionar revisando los resultados, y si no es el esperado tener la flexibilidad para cambiar y la apertura para ver más allá de lo que está sucediendo y aprender lo que necesitemos. Con el objetivo claro, y caminando y disfrutando del proceso. Eso es la clave del modelo osar. Observador - Sistema - Acción - Resultado.