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EL DIÁLOGO de Santa Catalina

  • EL DIÁLOGO de Santa Catalina, capítulo 8 / Las virtudes se prueban y crecen por sus contrarios

    7 OCT 2021 · * Es fácil creerse uno virtuoso en la serenidad de estar apartado de toda confrontación. Pero es la confrontación la que muestra lo que en realidad tenemos y en realidad somos. Especialmente nuestra paciencia muestra su verdadera estatura y fuerza cuando se ve contrariada por burlas o injurias. * En este sentido, los contrarios a las virtudes nos sirven ya para diagnosticar la verdad de lo que llevamos dentro, es decir, para ahondar en el conocimiento de nosotros mismos. * Pero la conforntación es verdaderamente fecunda si ejercitamos la paciencia, entendida como capacidad de padecer. En el combate entre la humildad y la soberbia, o entre la mansedumbre y la ira, las armas nuestras no son llenarnos de más ira o de más soberbia: eso sería PERDER. Lo propio es combatir desde la caridad que engendra paciencia. * De fondo, de lo que se trata es de mirar al adversario como víctima de algo perverso, que en primer lugar le hace daño a él; la virtud se afianza y sale en victoria cuando nos fundamos en la caridad para buscar vencer a aquello que ha vencido a nuestro adversario, y así ganarlo, ya como hermano, para Cristo y su gloria.
    29m 39s
  • EL DIÁLOGO de Santa Catalina, capítulo 7 / Somos incompletos para ser complementarios

    2 SEP 2021 · A partir del conocimiento de sí misma, el alma alcanza humildad, por conciencia de su condición de creatura y su condición de pecadora. En ese mismo conocimiento se descubre beneficiaria del gratuito e incomparable amor de Dios. Y en el círculo siempre renovadod e conocerse y reconocer a Dios en sí, brota del alma caridad, que primero es directa y espontánea, puro nacer de amor hacia Aquel que la ha amado. Este es un amor "sin intermediario." Luego, al apropiarse en su inteligencia de lo recibido, se descubre responsable y quiere entonces responder a ese amor divino. Pronto amará "con intermediario" al darse cuenta que ningún bien se puede hacer a Dios y que en cmabio Dios se ha hecho "uno" con el prójimo en necesidad. Este amor al prójimo parte entonces de la altura del amor recibido de Dios y por eso busca la gloria divina a través de la salvación del mundo; luego se concreta a medida que conoce las necesidades específicas del prójimo, pero sin perder su fuente en Dios, a través de la oración, que, como se ha dicho en otras ocasiones, es la primera caridad para con el prójimo. A medida que se descubren las necesidades propias del prójimo la virtud también se hace específica, y en esto hay dos descubrimientos fundamentales: 1. Es la Providencia misma de Dios la que gobierna qué dones y virtudes toman fuerza en nosotros, en función del bien que Dios va tejiendo en cada lugar y circunstancia. 2. Nadie debe quejarse demasiado de lo incompleto que se sienta en una virtud peculiar sino que debe, en primer lugar, agradecer la virtud que vea más clara y fuerte en sí mismo; y luego afianzándose en ella, "atraer" nuevas virtudes, pues en el fondo todas son "una"; y luego, comprender que somos incompletos por una razón: para ser complementarios en Dios y para su gloria.
    33m 8s
  • EL DIÁLOGO de Santa Catalina, capítulo 6-2 / Orden conveniente y saludable en el amor al prójimo

    11 AUG 2021 · Somos llamados a ser útiles, de modo particular, a aquellos que "están ante nuestros ojos." No somos indiferentes al dolor de nuestros hermanos, allí donde se encuentren, pero tenemos un deber y una posibilidad concreta con aquellos prójimos que pueden ser beneficiados directamente por nuestras acciones. El orden propio es: primero, la oración, que es un bien general (y un bien que rectifica y eleva nuestra intención). Luego vienen el ejemplo de vida, por el que somos visibles para quienes tenemos cerca. Y luego la doctrina, que recuerda los bienes propios de nuestra fe, y la palabra de consejo, por la que buscamos el bien específico que vemos oportuno para aquella persona que tenemos cerca. Y todo ello mientras permanecemos atentos a las necesidades urgentes que tenga mi prójimo, en lo cual se incluyen las precariedades materiales y corporales. Catalina, pues, hace énfasis en la "caridad de la verdad" que ilumina el camino del hermano. Y de ahí la gravedad de las faltas por omisión. Cuando uno no le está haciendo bien a una persona tarde o temprano le hace mal. En efecto, si no estoy viendo a mi prójimo como destinatario del amor divino, a través de mí mismo, ¿cómo lo estoy viendo? Como una herramienta, o un enemigo, o un juguete. Inevitablemente, al relacionarme con él, caeré en crueldad, al no ayudarlas en lo que necesitan y convertirme en estorbo para su camino decisivo, que es camino hacia Dios. No podemos dejar de amor al prójimo sin frustrar el plan de Dios para el prójimo. Renunciar a amar, o amar mal, es ponerse en guerra contra Dios mismo. Grave advertencia que nos hace reflexionar y nos llama a conversión.
    30m 59s
  • EL DIÁLOGO de Santa Catalina, capitulo 6-1 / La condición general del ser humano

    3 JUN 2021 · Todo bien y todo mal se realizan por medio del prójimo, afirma con audacia Santa Catalina. En efecto, separarse del amor al prójimo es apartarse de la intención del amor divino, que sólo puede querer el bien espiritual y corporal del prójimo. En este sentido, dejar de amar es "desconectarse" de la obra de la gracia que Dios quiere hacer en nosotros y a través de nosotros. Por lo cual, en últimas, dejar de amar al prójimo es empezar a hacerse daño uno mismo. Los primeros bienes debidos al prójimo son la oración y el santo deseo. La oración garantiza esa concordia de nuestra intención con el querer divino; el santo deseo recibe y acrecienta el amor que Dios quiere que tengamos por el prójimo. El bien, pues, no empieza en lo corporal pero tampoco lo omite ni lo desdeña. En esto no hay alternativa: "si no se obra bien, se sigue que se obra mal": no hay neutralidad posible ni espacio para la indiferencia. Tal es la condición "general" del hombre ante Dios y ante el prójimo. Y a esta condición podríamos llamarla la "antropología teológica" que nos propone esta santa doctora.
    28m 29s
  • EL DIÁLOGO de Santa Catalina, capitulo 5 / Deseo de sufrir por Dios

    30 JUL 2020 · En una primera mirada, este mundo nuestro tan descreído, ve el deseo de sufrir por Dios como doblemente absurdo: porque se supone que uno debe huir del sufrimiento y porque Dios, si es que existe, piensa el mundo, está muy lejos para que le importe o para que nos importe. Las cosas cambian radicalmente para quien ha conocido el amor que Dios nos tiene. En el abismo de ese amor incomparable solo puede sentirse una gratitud infinita pero luego también un insoportable dolor al comprobar que el mundo le da la espalda al Dios que nos lo ha dado todo sin reservarse nada. El dolor intolerable de ver esa injusticia contra Dios hace que la persona esté dispuesta a sufrir por Él lo que sea con tal de que su gloria sea reconocida, su amor sea recibido y por consiguiente las almas por las que Él sufrió tengan la salvación. Así como la gente de un país agradece en los soldados de su ejército que estén dispuestos a batallar hasta la muerte, si fuera preciso, así también Dios se goza en aquellos que tienen amor tan grande como para estar dispuestos a enfrentar lo que sea en la defensa de su honor y, por lo tanto, por salvación de las almas. Pero a ese punto y nivel sólo se llega si conocemos más y más de su amor. Y por eso hay que suplicarlo con insistencia.
    29m 57s
  • EL DIÁLOGO de Santa Catalina, capítulo 4-3 / La intercesión y la obra de la gracia

    16 JUL 2020 · El final de este capítulo 4 de El Diálogo presenta dos grandes temas: la eficacia de la oración de intercesión y el camino que hace la gracia ganando aquellos corazones que están apartados de Dios. En la perspectiva que presenta S. Catalina, la oración de intercesión es un desbordamiento de amor que surge en el corazón de aquel cristiano que ha avanzado en el conocimiento de sí mismo, y desde ese conocimiento, percibe la desproporción entre el amor creador y redentor de Dios, por una parte, y el propio pecado y el pecado de mundo, por otra parte. En ese sentido, la oración de intercesión es un fruto precioso de la acción de Dios, que ha levantado un corazón al nivel de convertirlo en un aliado suyo en la conquista de nuevos corazones. Pero no es un proceso automático sino que requiere la generosidad del "amor que da" por parte de quien intercede. Ese amor intercesor no es ineficaz sino que atrae gracias transformantes en favor de las personas por las que se ora. El texto da ejemplos: la persona que recibe este bien experimenta rechazo al pecado, amor a la virtud, gusto por tratar con quienes son servidores de Dios (y esto incluye a los santos). A menudo, Dios le permite experimentar también decepcionarse del mundo y sus apariencias. Es precioso ver la creatividad de Dios en acción rescatando por puro amor (suyo y de sus aliados intercesores) a las ovejas extraviadas. La intercesión no reemplaza sin embargo la obra de la voluntad de quien está en camino de convertirse. Puede llegar a rectificar su voluntad, arrojando de sí la culpa, pero su corazón sigue en peligro, en la medida en que el daño que el pecado ha hecho no queda reconstruido automáticamente. por ello, así como importa el "amor que se da" también interesa el "amor que se recibe," y de algún modo la multiplicación que se da entre estos dos amores es la "medida de bondad" que se hace presente en el mundo.
    33m 9s
  • EL DIÁLOGO de Santa Catalina, capítulo 4-2 / El conocimiento que engendra amor

    21 JUN 2020 · Ante todo, llama nuestra atención que el DESEO es algo que se debe pedir. Si bien por nuestra naturaleza deberíamos sentir anhelo de conocer y amar a Dios, es obra del pecado aplacar ese deseo, que es santo, y a la vez reemplazarlo por deseos dañinos o sucios. ¿Y cómo se llega a ese deseo de conocer y amar a Dios? El camino es el conocimiento de nosotros mismos. No de un modo superficial: hay que penetrar la costra exterior, que es la de nuestros proyectos y sueños personales; hay que bajar, descubriendo nuestros defectos, heridas y carencias; hay que descender más, hasta descubrir aquellos pecados que de un modo más continuo nos han vencido. Pero más allá de todo ello, hemos de descubrirnos obra de Dios, salidos de Él. A esto, que podemos describir como "tocar la mano de Dios Creador" es a lo que llamamos "verdadero conocimiento": conocer a Dios "en mí," que implica saberme creatura suya. Hay que palpar en ese mismo impulso otra mano: la mano llagada de Cristo Redentor, comprendiendo que por virtud del amor de Cristo, en obediencia al Padre, hemos sido vueltos a crear. Así pues, el verdadero conocimiento nos hace descubrir simultáneamente nuestra doble nada, de creaturas y de pecadores, y la doble inmensidad de la obra divina en la raíz misma de nuestro ser: somos obra de su CREACIÓN y de su REDENCIÓN. En este doble conocimiento radica también la genuina HUMILDAD, que según expresión de la Santa, es "nodriza" y cuidadora de la auténtica caridad. El verdadero conocimiento de sí abre la puerta a un amor de infinito agradecimiento hacia Dios pero del mismo modo es el comienzo de un gran sufrimiento, que será también doble: dolor por lo poco y mal que hemos respondido a ese amor, y dolor porque, al tomar una opción por Dios, el mundo, que detesta a Dios, nos detestará invariablemente. Hay de ese modo un sufrimiento INTERNO y uno EXTERNO. Pero no se puede llevar bien el externo si uno no sufre primero con gran ansia de la gloria divina. Por otra parte, tal dolor no cae en el vacío, da fruto de limpieza interior, incluso de las heridas pasadas, y de eficacia apostólica exterior, que se traduce en gracias de conversión y crecimiento para otras personas, según estas se dispongan a recibirlas.
    33m 12s
  • EL DIÁLOGO de Santa Catalina, capítulo 4-1 / Expiación por la penitencia y el amor

    31 OCT 2019 · La expiación es una palabra de poco uso en la predicación actual. Pero es muy importante y muy bella: describe todo ese conjunto de actos que quieren limpiar la suciedad que el pecado ha traído a la vida humana, y afirmar de nuevo el orden de Dios en nosotros. Catalina de Siena perteneció a las "Hermanas de la Penitencia de Santo Domingo." La realidad de la penitencia, que es fundamental en el camino de la expiación, era propio del carisma de aquellas valientes y generosas mujeres. Pero Dios le enseña a Catalina que no es la magnitud ni el tipo del dolor, en sí mismo, lo que cuenta, sino el amor y el aborrecimiento del pecado. Esa parte del odio es indispensable para que el amor tenga sabiduría y discernimiento, y para que el hombre, además de sentirse "atraído" por lo que ama, sienta el "empujón" de rechazar lo que reconoce que le hace daño. Ese amor es el que nos une a Cristo y es así como el dolor de nuestros sacrificios y renuncias adquiere valor realmente expiatorio. Quien sigue este camino avanza en la paciencia (que en su etimología se relaciona con el "padecer"), porque se sabe indigno de recompensas y digno en cambio de castigo. Es un camino austero pero bello y muy fecundo.
    38m 39s
  • EL DIÁLOGO de Santa Catalina, capítulo 3 / El amor y el dolor

    19 JUL 2019 · El Santo Deseo está unido al amor y al dolor porque apunta a tres dimensiones: (1) Búsqueda de la gloria de Dios; (2) Sufrimiento al ver los estragos del pecado, y (3) Compromiso que lleva a involucrarse para que las cosas sean distintas. El dolor por el pecado es la señal clara de que los intereses de Dios ya son los nuestros. Ese dolor incluye la clara comprensión de nuestra finitud, que es incapaz de reparar el daño que causamos con nuestros pecados, ante todo como ofensas a un Dios infinito. La respuesta a esta desproporción está en la medida infinita de amor con que queremos acompañar nuestras obras finitas. Es este amor--que tiene su fuente finalmente en Dios mismo--el que dará un valor infinito a nuestras obras finitas.
    28m 34s
  • EL DIÁLOGO de Santa Catalina, capítulo 2-2 / El Santo Deseo es más que sentimiento

    28 JUN 2019 · La gran importancia de aquello que Santa Catalina llama "Santo Deseo" es que es el motor que mueve toda la vida cristiana. Como un auto sin motor, la vida del cristiano queda estacionada y estéril si no existe este deseo. El Santo Deseo brota de "ver": descubrir la grandeza de Dios y mi pequeñez; su santidad brillante y la oscuridad de mi pecado; su eternidad y mi finitud... todo surge del conocimiento de Dios y el conocimiento de sí mismo, en secuencia o ciclo que no debe terminar mientras tengamos ocasión de aprovechar el tiempo en esta vida. Pero ese Deseo no se queda en sentimiento: tiende de por sí a la unión con el señor, que en esta tierra alcanza su perfección en la Eucaristía. Por eso el amor y hambre de los sacramentos, y sobre todo de la Eucaristía, es señal clara de verdadera vida en el alma. Lo mismo vale para la oración, la vida de comunidad o las propuestas de evangelización. El Santo Deseo también sale del ámbito puramente subjetivo por la conciencia que tomamos de que somos un solo Cuerpo, vinculado por la Comunión de los Santos. De aquí ha de brotar clara conciencia de nuestra responsabilidad porque aquello que bloqueamos en la circulación del con de la caridad y la santidad hace daño a todos.
    32m 8s
Fr. Nelson Medina, O.P., comenta EL DIÁLOGO de la Doctora de la Iglesia S. Catalina de Siena (1347-1380).
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