REFLEXIÓN DEL DÍA
«El amor sea sin fingimiento. Aborreced lo malo, seguid lo bueno.» (Romanos 12:9).

En los evangelios podemos observar la manera en que Jesús desenmascaró la hipocresía de los líderes religiosos en su época, e instruyó a sus discípulos para que no fueran imitadores de ellos. Nuestro Dios, que conoce los corazones, siempre ha aborrecido la mentira  y sus familiares; entre ellos, el fingimiento. Fingir no es más que dar a entender algo que no es cierto, no se siente ni se cree. Entre muchas cosas que se pueden fingir en esta vida, Pablo dice «El amor sea sin fingimiento».

¿Cómo se puede manifestar el amor? Orando por los demás, ayudando a los necesitados, escuchando al afligido y de muchas maneras. Sin embargo, en cada una de esas acciones, lamentablemente podemos caer en la hipocresía. Pablo es enfático al decir: «Y si repartiese todos mis bienes para dar de comer a los pobres, y si entregase mi cuerpo para ser quemado, y no tengo amor, de nada me sirve.» (1 Corintios 13:3). ¿Cómo reaccionas cuando alguien te da las gracias por haber orado por su petición, cuando en realidad no lo hiciste? Todo por no decir: «discúlpame», «lo olvidé» etc. El mundo está lleno de hipocresía y falta de amor, pero si estás lleno de Dios y Su Palabra, de seguro marcarás la diferencia. Que Dios nos ayude a ser sinceros e irreprensibles para el día de Cristo.

PIENSA EN ESTO
¿Alguna vez has fingido el amor a los demás?

RECUERDA ESTO
«…no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad.» (1º de Juan 3:18).

_Smaily Rosario_

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