La prueba de nuestra fe no solo consiste en lo externo, con el comportamiento que a diario tenemos para agradar a Dios.
El Señor va por todo, y hoy nos instruye en la importancia de guardar los pensamientos, donde muchas veces libramos las mayores batallas de nuestras vidas, que dan Gloría y victoria a su Santo Nombre.
No podemos evitar que vengan los pensamientos, pero si evitar que queden dando vueltas en nuestra mente.