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Isaías-135 El libro de Isaías

Isaías-135 El libro de Isaías
Jul 17, 2023 · 9m 6s

¿Recuerdas los libros de historia en el Antiguo Testamento? Vamos a intentar regresar a los acontecimientos en la historia del pueblo judío, y esta vez vamos a enfocarnos en los...

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¿Recuerdas los libros de historia en el Antiguo Testamento? Vamos a intentar regresar a los acontecimientos en la historia del pueblo judío, y esta vez vamos a enfocarnos en los mensajes que Dios envió a través de los profetas para que el pueblo de Dios pudiera arrepentirse y seguirle de todo corazón.

Por desgracia, estamos al otro lado de la historia, y sabemos que el pueblo, a pesar de las advertencias recibidas, se obstinó en múltiples ocasiones a seguir su propio camino, por lo que las profecías que leemos en estos libros se cumplieron, y el pueblo de Dios tuvo que sufrir las consecuencias de su rebeldía. Israel hizo pacto con los reyes de Aram para luchar contra Asiria, Judá se alió con Asiria, haciéndose su súbdito, lo cual traería consecuencias. El pueblo de Dios acabaría en manos de los babilonios, que tomaría Jerusalén en el 586 a.C. y llevaría cautivo al pueblo. Mas Dios no solo dio los mensajes de juicio que venían; también les anunció que los liberaría como los había librado de la esclavitud en Egipto. Veremos en el libro de Isaías el mensaje de esperanza al pueblo de Dios, cómo Dios les prometió el regreso a Jerusalén, y la llegada del Mesías, que habría de venir siglos más tarde para salvar a Su pueblo.

En medio del libro de Isaías, encontramos 4 capítulos que relatan historias del rey Ezequías. Las cuatro historias resaltan momentos en su vida cuando había confiado en Dios, (como las primeras dos historias, que hablan de la invasión de Senaquerib, el rey Asirio) y en otros momentos no había confiado en Dios (como cuando enfermó Ezequías y cuando recibió a los embajadores de Babilonia). Esta sección histórica nos ayuda a ver el tema principal del libro y también crea dos secciones en el libro. En los capítulos 1-35, la profecía de Isaías se centra más en el juicio de Dios, primeramente para Jerusalén y Judá en los capítulos 1-12 y después contra las naciones alrededor en los capítulos 13-27. Después de la sección histórica, ya en los capítulos 40-66, Isaías se centra en la misericordia de Dios al restaurar a su pueblo arrepentido. Del 40 al 57 encontramos varias canciones que presentan a la persona del Mesías, y los últimos nueve capítulos anuncian la liberación futura del pueblo que depositará su confianza en el libertador.

Este libro de Isaías está enteramente en el Torá de los judíos. Cualquiera que lea los capítulos dedicados al que habría de venir puede ver reflejado a Jesucristo. Miraremos con más detalle cómo Isaías presenta a Cristo, pero adelanto que gran parte de Isaías presenta al Cristo que habría de redimir a su pueblo.

El libro de Isaías nos deja varios mensajes en los que podemos meditar:
En primer lugar vemos que cuando Dios castiga, lo hace con la intención de restauración, buscando la reconciliación.

En el año que murió Acaz (2 Reyes 16:20; 2 Crónicas 28:27) envió Dios profecía sobre los filisteos en el capítulo 14, después del anuncio de destrucción de Babilonia y Asiria. Todos los enemigos del pueblo de Israel serían castigados, incluyendo Moab y Damasco, esto es Siria, Etiopía (18) y Egipto (19) En el mismo capítulo 19 Dios anuncia que habría restauración de parte de Dios de Israel, Asiria y Egipto. Es increíble cómo Dios no quita la esperanza de pueblos que merecen castigo. Dios en Su justicia lo da en su justa medida, más ofrece también la restauración. Muchas veces vemos castigo ejercido de modo vengativo. Mas Dios no es así. El castigo de Dios es siempre con intención de ofrecer reconciliación y restauración. Recordemos eso en nuestra relación con otros.

En segundo lugar, Isaías nos muestra la importancia de confiar en Dios siempre, y no sustituirlo por personas o cosas.

Vemos en la historia que Israel había confiado en la protección que Egipto le ofrecía, pero en el capítulo 31 Dios les recuerda que los egipcios son hombres, y no dioses. Isaías 31:1 “¡Ay de los que descienden a Egipto por ayuda, y confían en caballos; y su esperanza ponen en carros, porque son muchos, y en jinetes, porque son valientes; y no miran al Santo de Israel, ni buscan a Jehová!”
Dios les avisa que caerían, porque cuando ponemos nuestra confianza en el hombre, no debemos esperar la protección de Dios. Es por esto que en la Biblia Dios nos dice que confiemos en Dios.

Otro tema que Isaías nos recuerda es que Dios quiere nuestro ser y no nuestros sacrificios y regalos.
El primer capítulo nos recuerda que mucho sacrificio y regalos no agradan a Dios. Lo que Él busca, porque siempre lo ha buscado, es que hagamos obras dignas de arrepentimiento, esto es, vivir como Él pide.
El pueblo de Dios celebraba fiestas al nombre de Dios, ofrecía sacrificios, pero no vivían como Dios quería. No disimulaban su pecado, sino que se alardeaban de él. Isaías 3:9 “La apariencia de sus rostros testifica contra ellos; porque como Sodoma publican su pecado, no lo disimulan. ¡Ay del alma de ellos! porque amontonaron mal para sí.”
¿De qué servía todo lo que pudieran ofrecer a Dios si ellos no querían una relación personal con Él?

El castigo que recibió Judá e Israel fue comparable con el que recibieron las ciudades de Sodoma y Gomorra por su impureza (1:25), mas Dios en Su misericordia permitió que una parte del pueblo viviera, dándoles oportunidad de comenzar de nuevo con buen pie.

Dios promete que Judá y Jerusalén serían restauradas en un tiempo futuro,

El capítulo 2:3 dice: “Y vendrán muchos pueblos, y dirán: Venid, y subamos al monte de Jehová, a la casa del Dios de Jacob; y nos enseñará sus caminos, y caminaremos por sus sendas. Porque de Sion saldrá la ley, y de Jerusalén la palabra de Jehová. Y juzgará entre las naciones.” y el 66:12-13 “Porque así dice Jehová: He aquí que yo extiendo sobre ella paz como un río, y la gloria de las naciones como torrente que se desborda; y mamaréis, y en los brazos seréis traídos, y sobre las rodillas seréis mimados.
Como aquel a quien consuela su madre, así os consolaré yo a vosotros, y en Jerusalén tomaréis consuelo.”

El libro anuncia juicio y la prosperidad que viene de confiar y seguir a DIos. Había todavía un futuro brillante para Jerusalén, cuando volvieran los ojos a Dios, Él tenía guardado para ellos cosas buenas que podrían disfrutar. Y esta promesa se mantiene hasta hoy día. El pueblo de Dios todavía tiene bendiciones que descubrir y disfrutar. Qué bueno es Dios y misericordioso. Dichoso todo aquel que confía en Él.
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Author David y Maribel
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