Estamos en la primera semana de febrero, así que abordamos el tema de hablar en público. Lo vamos a hacer con un tema vital, porque vamos a ver por dónde tenemos que comenzar a construir una charla.

Bienvenido, bienvenida a un nuevo episodio de «Créeme lo que te digo», el podcast donde hablamos y descubrimos herramientas sobre el mundo de la comunicación persuasiva y el arte de hablar en público.

Ya sabes que lo que tratamos en este programa lo puede utilizar en tu día a día profesional o particular, es igual, úsalo allá donde quieras porque allá donde vayas, vas a tener que comunicarte y convencer a otras personas.

Construir una charla parece una cosa fácil, pero tenemos que saber por dónde empezar porque de ello depende el que nos salgamos con la nuestra o no.

Imagina que te encargan una presentación para el mes que viene. ¿Qué es lo primero que hacer? La tendencia habitual es comenzar a buscar información sobre el tema, o buscar información de presentaciones anteriores y repetirlas o, peor aún. abrir el Power Point y comenzar a diseñar diapositivas.

Y todo esto es un error.

Estamos en la primera semana de febrero, así que abordamos el tema de hablar en público. Lo vamos a hacer con un tema vital, porque vamos a ver por dónde tenemos que comenzar a construir una charla.

Bienvenido, bienvenida a un nuevo episodio de «Créeme lo que te digo», el podcast donde hablamos y descubrimos herramientas sobre el mundo de la comunicación persuasiva y el arte de hablar en público.

Ya sabes que lo que tratamos en este programa lo puede utilizar en tu día a día profesional o particular, es igual, úsalo allá donde quieras porque allá donde vayas, vas a tener que comunicarte y convencer a otras personas.

Construir una charla parece una cosa fácil, pero tenemos que saber por dónde empezar porque de ello depende el que nos salgamos con la nuestra o no.

Te ayudo en tus comunicaciones.
Pero antes de entrar en materia deja que te recuerde que en Interacción Humana te ayudamos a que tu comunicación sea más convincente, a que tener más impacto y a convencer a más personas y lo hacemos a través de acciones de formación para empresas o a través de asesorías personalizadas.

Así que si tu organización o tú necesitáis aumentar tu capacidad para persuadir, ponte en contacto conmigo a través del formulario de contacto de la web de Interacción Humana.

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Vamos al tema.

Bueno, ¿por dónde comenzamos a construir una charla?
Imagina que te encargan una presentación para el mes que viene. ¿Qué es lo primero que hacer? La tendencia habitual es comenzar a buscar información sobre el tema, o buscar información de presentaciones anteriores y repetirlas o, peor aún. abrir el Power Point y comenzar a diseñar diapositivas.

Y todo esto es un error.

Una charla en público comienza definiendo cuál es el objetivo que se persigue.

Pero ¿qué es el objetivo?
El objetivo es aquello que quieres conseguir una vez acabes tu charla, pero, en realidad, estos objetivos se centran en tres categorías:

Cambiar el estado de ánimo de tu audiencia.
Cambiar o alinear su opinión o su punto de vista con relación a un tema en cuestión.
Inducirles un determinado comportamiento.
Y no es que lo diga yo. Esta categorización la hizo nada más y nada menos que el gran Cicerón, quien pasa por ser el mejor orador romano de la historia, que es lo mismo que decir uno de los mejores oradores de todos los tiempos.

Vamos a poner un ejemplo.
Imagina que eres el director de un departamento y tienes que realizar una charla a tu equipo de trabajo.

El tema de tu charla será la nueva estrategia para los próximos 3 años.

Si el directivo piensa que el objetivo de su charla es explicar la línea estratégica estará confundiendo el tema con la finalidad.

Está confundiendo el qué con el para qué y estará olvidando que la finalidad de una charla en público es persuasiva, no informativa.

Si la voluntad del directivo fuese meramente informativa, bastaría con que pasase la información y los datos por correo electrónico pero, seguramente, con su presentación pretenderá algo más que informar.

Tal vez quiera calmar un cierto nerviosismo o tal vez pretenda generar ilusión –cambiar el estado de ánimo–.

O tal vez persiga convencer a los directivos de que ese plan estratégico es el mejor de las opciones para la organización –alinear la opinión de los directivos–.

O puede que lo que pretenda sea que los directivos trasladen las ideas básicas del plan estratégico al resto de la organización –inducir una acción–.

Informar, no es un buen objetivo.
Como ves, informar meramente, no es un objetivo preciso, tienes que afinar más para conseguir la efectividad deseada.

De hecho, ninguna charla en público debería tener como objetivo informar, para eso pasar un documento por escrito.

La cuestión es que no todas las categorías de objetivos son igualmente sencillas de conseguir.

Que un grupo de personas cambie su estado de ánimo es relativamente fácil.

Al menos más fácil que conseguir un cambio de opinión; y todavía más que conseguir que las personas pasen a la acción.

Por otra parte, es importante que los objetivos cumplan con un mínimo sentido común.

Por ejemplo, si eres un comercial y estás diseñando una presentación de tu empresa y tus productos a potenciales clientes en una primera visita, pretender que después de tu charla te compren –objetivo de acción– puede ser una meta demasiado ambiciosa.

Tal vez sea más lógico generar un estado de ánimo favorable para posteriores acciones –interés, curiosidad, etc.–.

Nunca olvides a tu audiencia.
La última consideración que quiero hacerte con relación a por dónde tenemos que comenzar a construir una charla y a los objetivos de la misma es que éstos siempre se establecen desde el punto de vista de la audiencia, no del presentador o presentadora.

Es decir, un objetivo del tipo «explicar los puntos más importantes de la nueva estrategia» no está bien planteado porque deja al margen de la intervención a los verdaderos protagonistas de cualquier charla, la audiencia.

Planteado correctamente podría ser algo como «conseguir de los directivos una fuerte implicación y compromiso con la nueva estrategia de la organización».

En definitiva y sea como sea, ten en cuenta que toda intervención en público comienza, no con el tema de tu charla, sino definiendo aquello que quieres conseguir de tu audiencia una vez que finalice.

Abrir y consumir
Vamos con las ideas y trucos de inmediata aplicación.

Prueba lo siguiente para definir qué quieres de tu audiencia.

Visualiza mentalmente tu charla y vete al momento final.

Pregúntate:

¿Qué tiene que hacer la gente para llegar a la conclusión de que has logrado tu objetivo?
¿Qué dicen?
¿Qué emociones percibes?
Utiliza esa informacion para definir tu objetivo. Ahora, ya sabes hacia donde tienes que enfocar tu charla y cómo tienes que actuar tú en el diseño de la misma.

Pruébalo y me cuentas qué tal ha ido.

Y eso es todo por este programa que hemos dedicado a cómo comenzar a construir una charla . Hasta aquí llegó el capítulo 27 de «Créeme lo que te digo».

Como siempre, te doy las gracias por tus comentarios y valoraciones 5 estrellas en ITunes y los «me gusta» en Ivoox, Spotify, Spreaker y ahora también en Google Podcast. Ya sabes que todo ello me ayuda muchísimo a dar a conocer el podcast a otras personas.

Disfruta del capítulo.

¡Hasta luego, persuasores!

Óscar