En el episodio anterior, describimos en detalle lo que es el clima laboral. Dijimos que, en general, las personas tenemos más o menos claro a qué nos referimos cuando hablamos de él.

Sin embargo, hay un segundo factor que influye tanto o más que el clima en las dinámicas de una institución. Si bien es algo que se menciona durante las conversaciones cotidianas, en realidad se hace con menos frecuencia. El concepto en cuestión se llama, cultura organizacional.

Si quisiéramos hacer una especie de paralelo, la cultura es como la “personalidad” de una organización. Es decir, aquello que la distingue, aquello que la hace diferente, incluso si se compara con otras que hacen cosas similares.

La cultura, a diferencia del clima, es normativa. Esto significa que nos indica qué es lo que se puede hacer y qué es lo que no se puede hacer. Se basa en valores y en creencias, por lo tanto, no necesariamente están sustentadas en, comillas, elementos 100% racionales.

Es un constructo más complejo que el de clima, ya que tiene muchos más detalles y elementos que lo constituyen. Por esto mismo, la mayoría de las veces puede ser difícil de analizar, especialmente desde una perspectiva numérica (los famosos indicadores). Sin embargo, sí es posible describirla aun considerando las dificultades mencionadas.

Entonces, ¿qué es lo que veremos en este episodio?

• En primer lugar, veremos los antecedentes teóricos de la cultura organizacional.
• Luego, revisaremos algunas características de la misma.
• Posteriormente, describiremos las formas en que esta puede manifestarse en distintas organizaciones.
• Por último, veremos algunos mecanismos que permiten su diagnóstico, medición, y posterior intervención