En nuestras vidas algo es seguro: los retos y situaciones a los que nos enfrentemos serán complejos. Les sucede a los artistas con sus creaciones, a los empresarios cuando se deciden a conquistar un mercado, y a los ejecutivos que quieren revolucionar sus organizaciones. La complejidad tiene el potencial de abrumarnos, de eso no hay duda. Y también tiene la capacidad de hacernos equivocar el rumbo: tendemos a creer que nuestra única manera de sortearla es con planes, a su vez, complejos.

Patricia Vélez ha integrado la simplicidad en su vida desde que, con un pequeño stand de madera, comenzó Ambiente Gourmet. Hoy con más de 50 tiendas, Patricia se rehúsa a perder su esencia. La simplicidad, Patricia lo sabe, tiene un poder enorme. Pero ojo, simplicidad no es hacer las cosas de la manera más fácil; eso es simplón. Lo de la simplicidad, en realidad, es un arte que se practica –y refina– durante toda la vida.