Primera pausa creativa. Meditación.

Observa. Serena a tu mente e induce un modo de conciencia con cada obra. Dejate abrazar por cada color.Escucha el ritmo de tu respiración. Piensa en colores. Cada pintura conforma diferentes universos energéticos, envolventes. Conceptualizan la unidad entre el Ser y el Mundo, el ritmo interactivo de sus vibraciones, frecuencias y resonancias que se expanden como partículas de humanidad. La síntesis de uno con el mundo, las múltiples energías que oscilan de manera caordica, se retroalimentan y recrean mutuamente para dibujar nuevos senderos de posibilidades.