Comprende que ser un niño y ser un sabio son los dos extremos de la vida. Pero no eres espiritual por ser inocente. Te falta mucho todavía para despertarte interiormente cuando eres niño. Nacemos abiertos de corazón. Pero hay que cerrarse para poder abrirse.
Comprende que ser un niño y ser un sabio son los dos extremos de la vida. Pero no eres espiritual por ser inocente. Te falta mucho todavía para despertarte interiormente cuando eres niño. Nacemos abiertos de corazón. Pero hay que cerrarse para poder abrirse.
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