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De acuerdo con los “10 Pilares de Integridad Empresarial” del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) y de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional, la integridad empresarial es la suma de buenas prácticas, herramientas, procesos y estructuras internas que forman un marco común para combatir la corrupción dentro de las empresas. Estas buenas prácticas sirven para evaluar y mitigar los riesgos de corrupción que cualquier organización puede enfrentar al realizar actividades comerciales.

El Informe de Integridad Global 2022 de EY revela que, pese a que la integridad corporativa es más valorada, el 41% de las empresas encuestadas consideran que la pandemia ha dificultado la realización de negocios con integridad. Preocupa que los líderes organizacionales parecen haberse vuelto más tolerantes al comportamiento poco ético. El 55% de los encuestados señala que los estándares de integridad se han mantenido igual o han empeorado en los últimos 18 meses.

Según la encuesta el 42% de los miembros de la junta están de acuerdo en que se tolera el comportamiento poco ético de los directivos o altos cargos en sus organizaciones (frente al 34% en 2020), y el 34% indica que es fácil evadir las reglas comerciales en su organización, comparado con el 25% en 2020.

Hoy en día, es un hecho que la reputación corporativa y la carrera profesional de los altos ejecutivos cada vez más están bajo la observación de la sociedad. Las tecnologías y las obligaciones de transparencia han permitido que se examine de cerca la coherencia entre el decir y el hacer. Por ello el 58% de los miembros de la junta están muy preocupados de que sus decisiones enfrenten el escrutinio público.

El informe resalta la importancia de generan toda una cultura de integridad en las empresas, contar con sistemas de cumplimiento medibles y sancionables, no solamente realizar campañas de comunicación ya que, de acuerdo con el informe solamente el 30% de los empleados las recuerdan.

Diversos estudios internacionales señalan que la sociedad, los clientes, están cada vez más informados y por tanto se vuelven más exigentes poniendo mayor atención a las aportaciones que las compañías hacen a la sociedad, su responsabilidad con el medio ambiente, y su comportamiento ético.

Las cadenas globales de valor están poniendo mayor atención en la forma en que sus aliados comerciales realizan sus actividades buscando una relación transparente y libre de corrupción, ya que los actos de terceros pueden traer grandes consecuencias a toda la cadena de suministro.

Por ello, debemos aprovechar estos cambios para dinamizar la agenda de integridad en nuestras empresas, que lleven a un cambio de cultura en nuestros trabajadores que se reflejará en sociedades más íntegras, justas e inclusivas.

Actualmente existen diversas herramientas que las pequeñas y medianas empresas pueden utilizar para enfrentar los riesgos de la corrupción e incorporar la integridad como parte esencial de su proyecto de negocios.
De acuerdo con los “10 Pilares de Integridad Empresarial” del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) y de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional, la integridad empresarial es la suma de buenas prácticas, herramientas, procesos y estructuras internas que forman un marco común para combatir la corrupción dentro de las empresas. Estas buenas prácticas sirven para evaluar y mitigar los riesgos de corrupción que cualquier organización puede enfrentar al realizar actividades comerciales. El Informe de Integridad Global 2022 de EY revela que, pese a que la integridad corporativa es más valorada, el 41% de las empresas encuestadas consideran que la pandemia ha dificultado la realización de negocios con integridad. Preocupa que los líderes organizacionales parecen haberse vuelto más tolerantes al comportamiento poco ético. El 55% de los encuestados señala que los estándares de integridad se han mantenido igual o han empeorado en los últimos 18 meses. Según la encuesta el 42% de los miembros de la junta están de acuerdo en que se tolera el comportamiento poco ético de los directivos o altos cargos en sus organizaciones (frente al 34% en 2020), y el 34% indica que es fácil evadir las reglas comerciales en su organización, comparado con el 25% en 2020. Hoy en día, es un hecho que la reputación corporativa y la carrera profesional de los altos ejecutivos cada vez más están bajo la observación de la sociedad. Las tecnologías y las obligaciones de transparencia han permitido que se examine de cerca la coherencia entre el decir y el hacer. Por ello el 58% de los miembros de la junta están muy preocupados de que sus decisiones enfrenten el escrutinio público. El informe resalta la importancia de generan toda una cultura de integridad en las empresas, contar con sistemas de cumplimiento medibles y sancionables, no solamente realizar campañas de comunicación ya que, de acuerdo con el informe solamente el 30% de los empleados las recuerdan. Diversos estudios internacionales señalan que la sociedad, los clientes, están cada vez más informados y por tanto se vuelven más exigentes poniendo mayor atención a las aportaciones que las compañías hacen a la sociedad, su responsabilidad con el medio ambiente, y su comportamiento ético. Las cadenas globales de valor están poniendo mayor atención en la forma en que sus aliados comerciales realizan sus actividades buscando una relación transparente y libre de corrupción, ya que los actos de terceros pueden traer grandes consecuencias a toda la cadena de suministro. Por ello, debemos aprovechar estos cambios para dinamizar la agenda de integridad en nuestras empresas, que lleven a un cambio de cultura en nuestros trabajadores que se reflejará en sociedades más íntegras, justas e inclusivas. Actualmente existen diversas herramientas que las pequeñas y medianas empresas pueden utilizar para enfrentar los riesgos de la corrupción e incorporar la integridad como parte esencial de su proyecto de negocios. read more read less

about 1 year ago #empresarial, #integridad