Glorioso San Camilo, en este día te pedimos que vuelvas una mirada de misericordia sobre los que sufren enfermedades físicas y espirituales, como también te pedimos por los que asisten a los enfermos.
Ayúdanos a comprender el misterio del sufrimiento que es continuación de la pasión de Jesús.
Tu protección conforta a los enfermos y a sus parientes, te pedimos que consigas para nosotros el premio eterno, como Jesús nos prometió:
«Benditos los que sufren porque serán consolados. Estuve enfermo y me has visitado».
Ustedes serán benditos!
Intercede por nosotros para aliviar nuestros dolores, y si es voluntad de Dios que seamos sanados. Ponemos nuestras esperanzas en tus santas plegarias.
Dónanos un corazón lleno del amor de Dios como el tuyo. Un corazón generoso con los pobres y los desdichados.
Un corazón de Madre para servir a los pacientes. Un corazón tierno con los pequeños enfermos. Un corazón fuerte como el tuyo.
Un corazón simple y consagrado a Dios. Un corazón juicioso y entregado a hacer la voluntad del Padre.
Concédenos, Dios nuestro Padre, un corazón puro como el de San Camilo para que podamos ser buenos servidores de los enfermos.
Amén.