Érase una vez una enorme bandada de golondrinas danzantes. Frente a su espectáculo impecable, Roma levantó lentamente la mirada y calló satisfecha.
Érase una vez una enorme bandada de golondrinas danzantes. Frente a su espectáculo impecable, Roma levantó lentamente la mirada y calló satisfecha.
read more
read less